Resoluciones de la Junta de Directores en la Ley de Sociedades de Japón: Disposición de Activos Importantes y Endeudamiento Sustancial

En Japón, el representante director de una sociedad anónima posee una amplia autoridad y ejecuta las operaciones de la empresa. Sin embargo, no es apropiado dejar ciertas acciones que pueden tener un impacto significativo en la base de gestión y la situación financiera de la empresa a la discreción de un solo director representante. Por lo tanto, la Ley de Sociedades de Japón (日本の会社法) establece un mecanismo que requiere la deliberación y resolución del consejo de administración, compuesto por todos los directores, para asegurar decisiones prudentes y proteger los intereses de la empresa. Este mecanismo es fundamental para una gobernanza corporativa sólida. En la práctica, los asuntos que a menudo se convierten en problemas son la “disposición y transferencia de activos importantes” y la “contratación de deudas significativas”. Estos términos no están definidos por montos específicos en la ley, por lo que su interpretación ha sido dejada al criterio de los tribunales. Este artículo primero explica detalladamente qué significan estos importantes asuntos de resolución, basándose en precedentes judiciales japoneses. Luego, profundiza en las consecuencias legales de dos aspectos: cómo se tratan legalmente estas acciones si se llevan a cabo sin la resolución del consejo de administración (efecto externo) y qué responsabilidades asumen los directores involucrados (responsabilidad interna). A través de este análisis, proporcionamos una comprensión integral de la importancia del proceso de toma de decisiones del consejo de administración y los riesgos legales asociados, esenciales para llevar a cabo negocios en Japón.
Asuntos clave que requieren una resolución del consejo de administración bajo la ley japonesa
La ley de compañías de Japón estipula que en las empresas que cuentan con un consejo de administración, ciertos asuntos clave deben ser decididos exclusivamente por este órgano. El artículo 362, párrafo 4 de la ley de compañías japonesa prohíbe explícitamente delegar la decisión de “ejecución de operaciones importantes” que afectan el núcleo de la gestión empresarial a directores individuales. El propósito de esta disposición es prevenir juicios de gestión arbitrarios por parte de directores representativos o individuos específicos, y asegurar la preservación del patrimonio de la empresa y la solidez de su gestión a través de deliberaciones cuidadosas por un cuerpo colegiado compuesto por todos los directores.
Entre los asuntos que no pueden ser delegados a los directores, según este párrafo, se incluyen los siguientes:
- La disposición y transferencia de activos importantes
- La contratación de deudas significativas
- La selección y destitución de gerentes u otros empleados clave
- La creación, modificación o abolición de sucursales u otras estructuras organizativas importantes
Estos asuntos tienen un impacto directo en el patrimonio de la empresa, la gestión de fondos, el personal y la estructura organizativa, por lo que se considera esencial que sean juzgados colectivamente por el consejo de administración. En este artículo, nos centraremos en dos de estos asuntos que desempeñan un papel central en las actividades financieras y estrategias de activos de las empresas: “La disposición y transferencia de activos importantes” y “La contratación de deudas significativas”, explicando sus criterios de decisión específicos y su significado legal.
Criterios para determinar la “disposición y transferencia de propiedades importantes” bajo la ley japonesa
El Artículo 362, Párrafo 4, Inciso 1 de la Ley de Compañías de Japón no incluye un criterio monetario específico para la frase “disposición y transferencia de propiedades importantes”. Por lo tanto, si una transacción de propiedad es “importante” o no debe ser juzgada caso por caso, y su interpretación ha sido tradicionalmente dejada al criterio de los tribunales.
La guía más autorizada sobre este punto fue establecida por el fallo de la Corte Suprema de Japón del 20 de enero de 1994 (1994). Este fallo aclaró que la determinación de la “importancia” no debe hacerse con un único criterio, sino considerando de manera integral múltiples factores. Los elementos de juicio presentados por el tribunal son los siguientes:
- El valor de la propiedad en cuestión: Es el monto absoluto de la propiedad que está siendo objeto de la transacción.
- La proporción del total de activos de la empresa: Muestra el valor relativo de la propiedad en cuestión en relación con la escala financiera de la empresa. Este es un indicador de la importancia cuantitativa.
- El propósito de la tenencia de la propiedad: Este es un elemento que evalúa el aspecto cualitativo. Por ejemplo, los derechos de patente relacionados con una fábrica utilizada por la empresa para su actividad principal o tecnología clave pueden considerarse estratégicamente “importantes” en comparación con bienes inmuebles de inversión del mismo valor.
- La naturaleza del acto de disposición: También se considera el método por el cual se dispone de la propiedad. Por ejemplo, la disposición gratuita, como donaciones o regalos, que no recibe contraprestación, tiende a ser vista como una disposición “importante” debido al aspecto de salida de activos de la empresa, incluso si el valor es más bajo en comparación con una venta al precio de mercado.
- El manejo tradicional en la empresa: Las prácticas internas de cómo la empresa ha manejado transacciones similares en el pasado también son un material para el juicio.
Lo que este marco de juicio multifacético implica es que las empresas no pueden conformarse con criterios formales como “es menos del X% del total de activos, por lo tanto, no hay problema”. Por el contrario, es de suma importancia que las propias empresas establezcan de antemano criterios racionales y claros en sus reglamentos internos, como el reglamento del consejo de administración, sobre qué transacciones deben ser objeto de resolución del consejo de administración, para gestionar los riesgos de gobernanza.
Criterios para determinar “Deudas significativas” bajo la ley japonesa
Al igual que con la “propiedad importante”, no existe un criterio monetario claro en la ley para determinar lo que constituye una “deuda significativa” según el Artículo 362, Párrafo 4, Inciso 2 de la Ley de Compañías de Japón. La interpretación de este término también se ha formado a través de precedentes judiciales. Un caso particularmente referencial es el fallo del Tribunal de Distrito de Tokio del 17 de marzo de 1997 (1997). Este fallo estableció que, al determinar si una deuda califica como “significativa”, se deben considerar de manera integral los siguientes elementos:
- El monto de la deuda en cuestión: el monto absoluto del préstamo o la garantía de la deuda.
- La proporción del total de activos y ganancias operativas de la empresa: no solo el tamaño de los activos de la empresa, sino también la escala relativa de la deuda en relación con su capacidad de generar ingresos.
- El propósito de la deuda en cuestión: el significado que tiene el uso de los fondos para el negocio de la empresa.
- El tratamiento habitual en la empresa: las prácticas internas relacionadas con la financiación y garantías en el pasado.
En el caso tratado por este precedente, se discutió si una reserva de garantía solidaria de 10 mil millones de yenes realizada por una empresa (Compañía Y) en beneficio de una empresa afiliada (Compañía A) constituía una “deuda significativa”. A pesar de que el monto de la garantía representaba solo el 0.51% de los activos totales de la Compañía Y, el tribunal destacó que este porcentaje representaba el 7.75% del capital social y, en particular, el 24.6% de las ganancias operativas. Además, se señaló el hecho de que el propio reglamento del consejo de administración de la Compañía Y estipulaba que “las obligaciones de garantía de más de 5 mil millones de yenes” debían ser decididas por resolución del consejo de administración.
Lo notable de esta decisión es que el tribunal no solo consideró el balance general, un indicador estático, sino también “las ganancias operativas”, un indicador dinámico de la cuenta de resultados. Esto demuestra la actitud del poder judicial de enfocarse no solo en el tamaño de la empresa, sino también en su capacidad de repago de la deuda y el impacto en la rentabilidad, es decir, el riesgo para la continuidad del negocio. Una deuda que puede parecer pequeña en relación con el tamaño de los activos, pero que ejerce una gran presión sobre las ganancias de la empresa, puede ser considerada como una “deuda significativa”.
Comparación de Criterios de Juicio
Los criterios de juicio de los tribunales japoneses respecto a las dos importantes resoluciones mencionadas anteriormente tienen muchos puntos en común, pero también existen diferencias significativas. Comparar estos criterios permite obtener una comprensión más clara de cómo los tribunales en Japón evalúan los asuntos críticos de las empresas. La siguiente tabla organiza los dos conjuntos de criterios de juicio.
Elemento de Juicio | Disposición y Transferencia de Propiedades Importantes (Sentencia de la Corte Suprema de Japón, 20 de enero de 1994) | Deudas Significativas (Sentencia del Tribunal de Distrito de Tokio, 17 de marzo de 1997) |
Aspecto Cuantitativo | Valor de la propiedad, proporción del total de activos de la empresa | Monto de la deuda, proporción del total de activos y beneficios operativos, etc. |
Aspecto Cualitativo | Propósito de la tenencia de la propiedad, naturaleza del acto de disposición | Propósito de la deuda |
Práctica | Tratamiento convencional en la empresa | Tratamiento convencional en la empresa |
Como se puede ver en esta comparación, ambos marcos de juicio están compuestos por tres pilares: el aspecto cuantitativo, el aspecto cualitativo y las prácticas internas de la empresa, lo que demuestra que los tribunales japoneses abordan estos problemas con un modo de pensamiento consistente. La mayor diferencia radica en la evaluación del aspecto cuantitativo, donde en el caso de “deudas significativas”, se añade un indicador de rentabilidad como “beneficios operativos, etc.”. Esto sugiere que los tribunales japoneses reconocen con precisión la diferencia esencial de que, mientras la disposición de activos es un acto puntual que afecta principalmente al balance general, las deudas implican pagos de intereses continuos y tienen un impacto a largo plazo en el flujo de caja y la estructura de ingresos de la empresa. Este enfoque flexible y adaptado a la situación refleja la madurez de las decisiones judiciales en la gobernanza corporativa de Japón.
Efectos externos de las transacciones sin la resolución del consejo de administración (Bajo la Ley Japonesa)
Cuando un representante director ejecuta una transacción que normalmente requeriría la resolución del consejo de administración, como la “disposición de activos importantes” o la “contratación de una deuda significativa”, sin dicha resolución, ¿es legalmente válida esa transacción contractual? Este problema representa un choque entre la necesidad de proteger la confianza de la contraparte en la transacción y los defectos en los procedimientos internos de la empresa.
La postura básica de los tribunales japoneses en este punto se estableció con la sentencia de la Corte Suprema de Japón del 22 de septiembre de 1965 (1965). Según esta sentencia, las transacciones realizadas por el representante director sin la resolución son, en principio, válidas a pesar de la falta de un proceso de toma de decisiones internas. Este es un principio importante para proteger a terceros que creyeron que el representante director tenía la autoridad legítima para representar a la empresa y para asegurar la seguridad de las transacciones.
Sin embargo, hay una excepción significativa a este principio. Si la contraparte en la transacción sabía que no había una resolución del consejo de administración (mala fe) o fue negligente al no saberlo (con negligencia), entonces la transacción es inválida. Esta doctrina se explica a menudo como una aplicación analógica del artículo 93 del Código Civil japonés y se conoce como la “teoría de la invalidez relativa”.
Lo que esta doctrina implica es que se espera que la contraparte en la transacción, especialmente operadores profesionales como instituciones financieras o compañías inmobiliarias, ejerzan un cierto nivel de diligencia. Si objetivamente se considera que la transacción es “importante” o “significativa”, no es suficiente para la contraparte simplemente afirmar que “no sabía”, sino que se espera que verifique la existencia de una resolución, como revisar las actas del consejo de administración. En la sentencia del Tribunal de Distrito de Tokio del 17 de marzo de 1997, precisamente este punto fue cuestionado, y el tribunal encontró que el banco que había firmado un contrato de reserva de garantía por 10 mil millones de yenes había sido negligente al no verificar la existencia de una resolución, y reconoció la invalidez de la reserva de garantía.
Cabe señalar que, en principio, solo la empresa misma puede alegar esta invalidez, y no se permite que la contraparte en la transacción alegue invalidez en su propio beneficio.
La Responsabilidad de los Directores (Impacto Interno) Bajo la Ley de Sociedades Japonesa
Las consecuencias legales de realizar transacciones sin la resolución de la junta directiva no se limitan únicamente a la validez de las transacciones externas. Más bien, lo que es más directo y grave es la responsabilidad que los directores involucrados asumen dentro de la compañía.
El Artículo 423, Párrafo 1 de la Ley de Sociedades de Japón establece que si un director no cumple con sus deberes (negligencia en el cumplimiento de sus deberes) y esto resulta en daños para la compañía, dicho director tiene la responsabilidad de indemnizar por los daños causados. La ejecución de operaciones importantes al ignorar intencionalmente el procedimiento legalmente establecido de una resolución de la junta directiva se ajusta claramente a esta negligencia en el cumplimiento de los deberes.
Esta responsabilidad no se limita solo al director representante que realizó la transacción. Los otros directores también tienen el deber de supervisión como miembros de la junta directiva, y deben vigilar la ejecución de las operaciones por parte de los demás directores. Por lo tanto, otros directores que estén al tanto de actos de abuso de autoridad por parte del director representante, o que deberían haberse dado cuenta y no hicieron nada al respecto, también pueden ser responsables por daños y perjuicios debido a la violación de su deber de supervisión.
La importancia de este deber de supervisión de los directores ha sido enfatizada repetidamente en la justicia japonesa a través de casos notorios como el litigio representativo de los accionistas del Banco Daiwa. Estos precedentes demuestran que los directores tienen un deber activo de establecer y supervisar un sistema de control interno efectivo para asegurar el cumplimiento de las leyes y regulaciones. Una actitud pasiva de simplemente no participar en actos ilícitos es insuficiente, y excusas como “no lo sabía” o “no era mi responsabilidad” generalmente no son aceptables.
Además, esta responsabilidad por daños y perjuicios es solidaria. Esto significa que cada uno de los directores responsables tiene la obligación de indemnizar la totalidad de los daños sufridos por la compañía, lo cual puede tener consecuencias extremadamente severas para los directores individuales.
Resumen
Como se explicó en este artículo, bajo la Ley de Compañías de Japón, la toma de decisiones de la junta directiva está legalmente obligada en la ejecución de operaciones que afectan el núcleo de la empresa, como “la disposición y adquisición de activos importantes” y “la contratación de deudas significativas”. La interpretación de estos términos se basa en estándares multidimensionales formados por la jurisprudencia, y se requiere un juicio sustancial que tenga en cuenta las circunstancias individuales, en lugar de un juicio meramente formal. Si una empresa no cumple con estos requisitos legales, enfrenta un doble riesgo. Uno es el riesgo externo de que el contrato pueda ser inválido, dependiendo de la buena fe y la ausencia de culpa de la otra parte en la transacción. El otro es un riesgo interno más grave, donde los directores involucrados en la ejecución ilegal de operaciones, e incluso aquellos que lo pasaron por alto, pueden ser responsables de pagar una compensación sustancial por daños y perjuicios a la empresa. La gestión adecuada de estos riesgos es un desafío de gestión esencial para todas las empresas que operan en Japón.
Monolith Law Office posee un amplio historial de apoyo a numerosos clientes nacionales e internacionales en asuntos legales relacionados con la gobernanza corporativa en Japón. Nuestro despacho cuenta con varios abogados que poseen calificaciones legales extranjeras y hablan inglés, lo que nos permite explicar con precisión los complejos requisitos de la Ley de Compañías de Japón en un contexto de negocios internacional y proporcionar asesoramiento práctico. Estamos completamente equipados para apoyar a su empresa en la operación de juntas directivas, la diligencia debida legal en decisiones importantes y la gestión de riesgos de responsabilidad de los ejecutivos, asegurando que su negocio en Japón avance sin problemas y en cumplimiento de la ley.
Category: General Corporate
Tag: Incorporation