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Inteligencia Artificial Generativa y la Ley de Derechos de Autor en Japón: Guía de Riesgos Legales para Empresas

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Inteligencia Artificial Generativa y la Ley de Derechos de Autor en Japón: Guía de Riesgos Legales para Empresas

La inteligencia artificial generativa tiene el potencial de revolucionar todos los aspectos de la gestión empresarial. Desde la creación de contenido hasta la investigación y desarrollo y el servicio al cliente, su rango de aplicaciones se expande día a día. Sin embargo, esta innovación tecnológica presenta nuevos desafíos legales para las empresas, especialmente en relación con la Ley de Derechos de Autor de Japón. A medida que muchas empresas consideran o avanzan en la implementación de IA generativa, es esencial comprender y gestionar con precisión el riesgo de infracción de derechos de autor que subyace a su conveniencia. La Ley de Derechos de Autor de Japón tiene una estructura característica que aplica diferentes principios legales en las etapas de desarrollo y uso de la IA, lo que contribuye a su complejidad. Entender esta estructura dual, que establece disposiciones relativamente indulgentes durante la fase de aprendizaje para fomentar el desarrollo de la IA, mientras impone estrictas responsabilidades a los usuarios que utilizan los productos generados, es el primer paso en la gestión de riesgos. Este artículo explica sistemáticamente los principales puntos legales que la IA generativa presenta dentro del marco de la Ley de Derechos de Autor de Japón. En concreto, abordaremos el tratamiento legal en la ‘fase de desarrollo y aprendizaje’ de la IA, el riesgo de infracción de derechos de autor en la ‘fase de generación y uso’ de contenido empresarial, la atribución de derechos de autor de los productos generados por la IA y, en caso de que se produzca una infracción, la responsabilidad de la empresa y las medidas legales a tomar, presentando un enfoque estratégico que los ejecutivos Negocios y los profesionales legales deberían adoptar, teniendo en cuenta la opinión de la Agencia de Asuntos Culturales del gobierno de Japón.

Desarrollo de IA y la Etapa de Aprendizaje Bajo la Ley de Derechos de Autor de Japón

Para que la IA generativa exhiba capacidades avanzadas, es necesario que aprenda de una cantidad masiva de datos. Estos datos incluyen una variedad de obras protegidas por derechos de autor, como textos, imágenes, música y código de programación. La Ley de Derechos de Autor de Japón facilita el uso de obras protegidas en el desarrollo de IA bajo ciertas condiciones, eximiendo la necesidad de obtener permiso de los titulares de derechos de autor.

El núcleo de esta disposición es el Artículo 30-4 de la Ley de Derechos de Autor de Japón, introducido con la reforma legal de 2018. Este artículo permite el uso de obras “sin el propósito de disfrutar de los pensamientos o sentimientos expresados en ellas”, y se considera una de las “disposiciones flexibles de limitación de derechos”. El aprendizaje de la IA no tiene como objetivo que los humanos aprecien y disfruten de las obras (es decir, “disfrutarlas”), sino analizar y extraer patrones y estructuras de los datos. Por lo tanto, en principio, los desarrolladores de IA pueden utilizar datos públicos en Internet para el aprendizaje sin necesidad de obtener permiso de los titulares de derechos de autor, siempre que se trate de un uso “no disfrutable”. Esta disposición está respaldada por la intención política de promover la innovación tecnológica y la competitividad industrial de Japón.

Sin embargo, existen excepciones importantes a este principio. El Artículo 30-4 de la Ley de Derechos de Autor de Japón establece que “no se aplica en casos donde, teniendo en cuenta el tipo y uso de la obra en cuestión, así como la naturaleza del uso, se perjudique injustamente los intereses del titular de derechos de autor”. Determinar qué casos constituyen un “perjuicio injusto” requiere una evaluación específica y concreta, pero la Agencia de Asuntos Culturales de Japón ha publicado algunas tipologías en su documento “Consideraciones sobre IA y Derechos de Autor”.

Por ejemplo, se considera que la reproducción no autorizada y sin compensación de obras de bases de datos creadas y vendidas específicamente para el aprendizaje de IA, que compiten directamente con el mercado del proveedor de la base de datos y perjudican sus intereses, tiene una alta probabilidad de causar un perjuicio injusto. Además, hacer que la IA aprenda intensivamente solo de las obras de un creador específico con el propósito de generar contenido que imite su estilo, puede desviarse del rango de uso “no disfrutable” y considerarse que tiene un propósito de disfrute concurrente. Asimismo, recopilar datos de materiales con derechos de autor infringidos, conocidos como versiones piratas, para el aprendizaje de la IA, a pesar de saber que están publicados, también se considera problemático por fomentar la infracción de derechos.

Estos ejemplos demuestran que el cumplimiento en la etapa de desarrollo de la IA no solo es una cuestión de si es técnicamente posible replicar datos, sino que también requiere un juicio más sofisticado sobre si la acción no daña económicamente los mercados existentes o los intereses legítimos de los titulares de derechos. Cuando una empresa lleva a cabo el desarrollo de IA o lo subcontrata, se requiere una diligencia debida cuidadosa para asegurarse de que el origen y el método de uso de los datos de aprendizaje cumplan con estos estándares legales y éticos.

Uso de la Inteligencia Artificial y el Riesgo de Infracción de Derechos de Autor Bajo la Ley Japonesa

Aunque el desarrollo y aprendizaje de la inteligencia artificial (IA) se realice de manera legal bajo el Artículo 30-4 de la Ley de Derechos de Autor de Japón, no existe garantía de que el contenido generado por dicha IA no infrinja los derechos de autor. La protección legal se limita a la fase de aprendizaje, y en la etapa de generación y uso, el usuario de la IA asume directamente el riesgo de ser responsable por infracciones de derechos de autor.

En la jurisprudencia japonesa, para que se establezca una infracción de derechos de autor, generalmente se requiere cumplir con dos criterios: “similitud” y “dependencia”. La similitud se refiere a que la obra posterior sea sustancialmente similar en su expresión creativa a una obra de autor existente. La mera coincidencia de ideas, estilo o expresiones comunes no es suficiente para reconocer la similitud. La dependencia significa que la obra posterior se ha creado basándose en una obra de autor existente, y si se creó por casualidad sin conocimiento de la obra existente, se niega la dependencia.

En el uso de IA generativa, es perfectamente plausible que los productos generados sean similares a obras de autor existentes. El problema radica en la evaluación de la dependencia. Si el usuario de la IA es consciente de una obra de autor específica y da instrucciones (prompts) para reproducirla, es evidente que se reconocerá la dependencia. Sin embargo, es más complicado cuando el usuario desconoce completamente una obra de autor específica, pero la IA genera algo similar porque dicha obra formaba parte de los datos de aprendizaje. Aunque aún no hay un consenso legal establecido sobre este punto, existe el argumento de que la dependencia puede inferirse por el hecho de que los datos de aprendizaje de la IA incluían la obra en cuestión. Los datos de aprendizaje de un modelo de IA suelen ser extensos y opacos, lo que hace prácticamente imposible para los usuarios comprender su totalidad. Esto representa un riesgo legal esencial y extremadamente difícil de gestionar para las empresas.

Dado que es imposible eliminar completamente este riesgo, las empresas deben gestionar el riesgo y tomar medidas prácticas para prepararse ante posibles disputas. En primer lugar, es crucial establecer directrices claras para el uso de IA generativa dentro de la empresa y asegurar una formación exhaustiva para los empleados. Es necesario definir para qué propósitos, qué herramientas de IA se pueden utilizar y cómo. En segundo lugar, antes de publicar el contenido generado por la IA, especialmente si se va a compartir externamente, se debe implementar un proceso que incluya la revisión y edición por parte de humanos. Tratar los productos de la IA como un punto de partida y añadir el juicio creativo humano al resultado final puede reducir la similitud con las obras originales. En tercer lugar, es deseable mantener registros del proceso de generación tanto como sea posible. Los registros de qué prompts se utilizaron para la generación pueden ser un material útil para demostrar la ausencia de intención de infringir en caso de que se dispute la dependencia.

Comparación de los Principales Puntos Legales entre la Inteligencia Artificial y los Derechos de Autor Bajo la Ley Japonesa

Los problemas legales que rodean a la inteligencia artificial (IA) y los derechos de autor varían significativamente según la etapa del ciclo de vida de la IA. La siguiente tabla compara y organiza los principales puntos legales en las etapas de “desarrollo y aprendizaje” y “generación y uso”. A través de esta comparación, podemos entender claramente cómo cambian la ubicación de la responsabilidad y la naturaleza del riesgo.

Ítem de ComparaciónEtapa de Desarrollo y AprendizajeEtapa de Generación y Uso
Principales Leyes RelacionadasArtículo 30-4 de la Ley de Derechos de Autor de JapónDerechos de reproducción y de adaptación, entre otros, bajo la Ley de Derechos de Autor de Japón
Problema Legal CentralSi el propósito del uso es “no disfrute” y si perjudica “injustamente” los intereses del titular de los derechos de autorSi el producto generado es “similar” y “dependiente” de una obra existente
Principal Sujeto ResponsableDesarrollador de IAUsuario de IA
Naturaleza del Riesgo LegalDefectos legales en el proceso de desarrollo debido a la recolección y aprendizaje ilegal de datosResponsabilidad directa por la generación y publicación no intencionada de obras que infringen los derechos de autor

Derechos de autor de las creaciones generadas por IA bajo la ley japonesa

Cuando una empresa utiliza inteligencia artificial para crear materiales de marketing, diseños, informes y otros contenidos, surge una cuestión de suma importancia: ¿se generan derechos de autor sobre estas creaciones y, de ser así, a quién pertenecen? Esta cuestión es crucial porque determina si la empresa puede proteger el contenido que ha generado como propiedad intelectual y evitar su uso no autorizado por terceros.

El Artículo 2, Párrafo 1, Inciso 1 de la Ley de Derechos de Autor de Japón define una obra como “una expresión creativa de pensamientos o sentimientos que pertenece al ámbito de la literatura, la academia, el arte o la música”. En el núcleo de esta definición se presupone que el sujeto creador es un ser humano. Dado que la IA no es humana, bajo la legislación actual no se reconoce que la IA pueda tener derechos de autor como creadora de contenidos generados de manera autónoma.

Por lo tanto, la posibilidad de que se reconozcan derechos de autor sobre las creaciones generadas por IA depende de la existencia de una “contribución creativa humana” en el proceso de generación. Solo si se considera que un humano ha utilizado la IA como una “herramienta” y ha expresado creativamente sus pensamientos o sentimientos, existe la posibilidad de que se proteja esa creación como una obra con un autor humano.

Si se reconoce o no una “contribución creativa” depende del grado de participación humana. Por ejemplo, si un humano simplemente introduce un prompt genérico y simple como “un gato bañado por la luz del atardecer” y la IA determina de manera autónoma la mayor parte de la expresión concreta, se considerará que la contribución creativa humana es escasa y es probable que no se reconozca la naturaleza de obra protegida por derechos de autor en la creación generada.

Por otro lado, si un humano tiene una intención creativa específica y la incorpora en el prompt con numerosas instrucciones detalladas, repitiendo ensayos y errores para obtener una expresión particular, entonces todo el proceso de instrucciones y selecciones puede ser evaluado como un acto creativo y es posible que se reconozca la naturaleza de obra protegida por derechos de autor. Además, si un humano selecciona y organiza varias imágenes generadas por la IA y realiza amplias modificaciones y adiciones para completar una obra, la parte editada y procesada creativamente por el humano tendrá claramente derechos de autor.

Esto proporciona una implicación estratégica importante para las empresas. Para crear propiedad intelectual valiosa utilizando IA, es esencial no solo instruir a la IA para que genere, sino también incorporar intencionalmente la participación creativa humana en el proceso y documentarla. Mantener un registro del historial de prompts detallados, el proceso de selección de resultados generados y el contenido específico de la postproducción humana se convierte en una evidencia crucial para reclamar y proteger los derechos de autor del contenido en el futuro.

Responsabilidad y Medidas Legales que las Empresas Enfrentan en Japón

Cuando una empresa en Japón infringe derechos de autor de manera no intencionada mediante el uso de inteligencia artificial generativa, puede enfrentarse a serias medidas legales. Los titulares de derechos tienen a su disposición múltiples y potentes herramientas legales bajo la Ley de Derechos de Autor de Japón y el Código Civil japonés para proteger sus derechos.

La medida más directa es la reclamación civil. Los titulares de derechos pueden solicitar una “orden de cese y desistimiento” para detener o prevenir actos de infracción. Esto puede obligar a la empresa a cesar inmediatamente el uso del contenido infractor y a eliminarlo de su sitio web, entre otras acciones. Además, pueden enfrentarse a una “demanda por daños y perjuicios” por las pérdidas sufridas por el titular de derechos debido a la infracción. Aunque el cálculo de los daños puede ser complejo, la cantidad puede ser significativa y basarse en beneficios obtenidos por la empresa a través de la infracción. Si se violan los derechos morales del autor, también se puede exigir medidas como la publicación de disculpas para restaurar la reputación.

Además de la responsabilidad civil, la infracción de derechos de autor puede ser objeto de sanciones penales. En casos particularmente graves, la infracción puede llevar a un proceso penal tras una denuncia del titular de derechos. Las personas pueden enfrentar hasta 10 años de prisión o multas de hasta 10 millones de yenes, mientras que las empresas que cometan infracciones como parte de sus operaciones pueden enfrentar multas de hasta 300 millones de yenes, lo cual constituye una sanción extremadamente severa.

El responsable principal suele ser el usuario de la IA que utiliza el producto generado, es decir, la propia empresa. Sin embargo, si el servicio proporcionado por el desarrollador de la IA está diseñado para generar de manera intencionada o con alta probabilidad algo similar a una obra protegida, el desarrollador también podría compartir la responsabilidad debido a problemas técnicos.

Actualmente, en Japón hay pocos precedentes judiciales definitivos que aborden directamente los problemas de derechos de autor con IA generativa. No obstante, ya han surgido conflictos concretos, como cuando un importante periódico japonés demandó a un operador de IA generativa extranjero por usar y aprender de sus artículos de pago sin autorización, exigiendo compensación por daños y perjuicios. En ausencia de decisiones judiciales, las opiniones oficiales y las directrices presentadas por la Agencia de Asuntos Culturales de Japón se convierten en un código de conducta de facto extremadamente importante para que las empresas evalúen los riesgos legales y determinen los estándares a seguir. Por lo tanto, la estrategia de cumplimiento de una empresa debe basarse en seguir estrictamente la orientación de esta autoridad administrativa.

Resumen

La inteligencia artificial generativa puede aportar beneficios incalculables a las empresas, pero también conlleva riesgos legales significativos bajo la ley de derechos de autor de Japón. El sistema legal japonés presenta una estructura dual que, por un lado, permite una respuesta flexible durante la fase de aprendizaje de la IA para fomentar su desarrollo y, por otro lado, impone una estricta responsabilidad por infracción de derechos de autor a los usuarios que utilizan los productos generados. Comprender profundamente esta estructura es clave para que las empresas utilicen de manera segura la tecnología de IA. Incluso si los datos de aprendizaje de la IA se han recopilado legalmente, el usuario que genera contenido puede enfrentarse a graves responsabilidades civiles y penales si el contenido generado es similar a obras protegidas existentes. Es esencial que las empresas adopten medidas proactivas y concretas de gestión de riesgos, como la elaboración de directrices internas, la implementación de un exhaustivo proceso de revisión humana y la documentación del proceso creativo para asegurar los derechos de propiedad intelectual.

Monolith Law Office tiene un historial comprobado de proporcionar asesoramiento extenso a numerosos clientes en Japón sobre los complejos desafíos legales que rodean la IA generativa y los derechos de autor. Nuestra firma cuenta con expertos que no solo tienen calificaciones de abogados en Japón, sino también en el extranjero, y son hablantes de inglés, lo que nos permite ofrecer un apoyo detallado a las empresas que desarrollan negocios internacionales para responder con precisión al sistema legal japonés. Ofrecemos servicios legales especializados, como la consulta sobre los problemas explicados en este artículo y el apoyo en la construcción de sistemas internos concretos.

Managing Attorney: Toki Kawase

The Editor in Chief: Managing Attorney: Toki Kawase

An expert in IT-related legal affairs in Japan who established MONOLITH LAW OFFICE and serves as its managing attorney. Formerly an IT engineer, he has been involved in the management of IT companies. Served as legal counsel to more than 100 companies, ranging from top-tier organizations to seed-stage Startups.

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