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El papel y la responsabilidad del auditor en la ley de sociedades japonesa

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El papel y la responsabilidad del auditor en la ley de sociedades japonesa

En la gobernanza corporativa de Japón, el sistema de auditores (kansayaku) desempeña un papel único y extremadamente importante. Este es un órgano diseñado para monitorear y corregir la ejecución de las tareas de los directores, manteniendo así una gestión empresarial saludable. Este sistema ha evolucionado de manera distinta a la del “Comité de Auditoría” (Audit Committee) ampliamente extendido en países de la tradición jurídica anglosajona o al “Consejo de Auditores” (Aufsichtsrat) de Alemania. Por lo tanto, su función y posición pueden ser difíciles de comprender desde una perspectiva internacional.

El sistema de consejo de auditores en Japón se basa en una estructura de gobernanza única donde el consejo de administración y el consejo de auditores operan en paralelo, con la supervisión y vigilancia de la ejecución de las tareas llevada a cabo por ambos, y con la complejidad añadida de que el consejo de auditores también tiene funciones de supervisión y vigilancia sobre el consejo de administración.

El papel de los auditores ha evolucionado con el tiempo, desde la auditoría contable pura hasta la auditoría operativa y, más allá, hasta la auditoría de la razonabilidad de la gestión. Este desarrollo histórico es esencial para comprender el amplio rango de responsabilidades actuales de los auditores y también está relacionado con debates sobre la superposición de roles con los directores externos. La naturaleza dinámica del sistema de auditores de Japón indica su flexibilidad y, al mismo tiempo, señala la existencia de debates sobre su eficacia. Este artículo tiene como objetivo explicar detalladamente el papel, las autoridades, las obligaciones, las responsabilidades y los principales casos judiciales relacionados con los auditores, basándose en la Ley de Compañías de Japón. Utilizando una expresión clara y comprensible, promovemos una comprensión profunda de los mecanismos de gobernanza corporativa de Japón.

El Auditor en Japón: Definición y Propósito según la Ley de Compañías Japonesa

En la Ley de Compañías de Japón, el auditor es posicionado como uno de los órganos de una sociedad anónima. El Artículo 381, Párrafo 1 de la Ley de Compañías Japonesa define claramente que “el auditor tiene la tarea de auditar la ejecución de las funciones de los directores (y en el caso de las compañías con contadores, los directores y los contadores)”. Como se puede deducir de esta definición, el propósito principal del auditor es supervisar y verificar que la ejecución de las tareas de los directores sea conforme a las leyes y al estatuto social, y que se lleve a cabo de manera adecuada.  

Se considera que el auditor desempeña el papel de un “dispositivo de estabilidad” para mantener y estabilizar la gestión saludable de la empresa. Esto no solo implica la detección de fraudes o errores individuales de los directores, sino también una “auditoría de gestión” que contribuye al objetivo común de mantener la credibilidad de la empresa y mejorar su rendimiento. El auditor no es un ejecutor de operaciones, sino que su función es supervisar la ejecución de las tareas de los directores y, cuando sea necesario, instar a la corrección. Por esta razón, se requiere que el auditor ejecute sus funciones de manera independiente del consejo de administración, siendo una presencia esencial para asegurar que la empresa cumpla con la ley y mantenga una gestión transparente.  

Una característica distintiva del trabajo del auditor es que abarca tanto la auditoría operativa como la auditoría contable. En la auditoría operativa, se verifica la legalidad y la adecuación de la ejecución de las tareas de los directores, mientras que en la auditoría contable, se examina la corrección de los documentos financieros. Este enfoque dual, que difiere de muchos comités de auditoría extranjeros que se centran principalmente en la información financiera, permite que el auditor realice una supervisión más integral de la gestión de la empresa. Sin embargo, esto también significa que se requiere que el auditor tenga no solo conocimientos contables, sino también una comprensión profunda de la gestión empresarial en general. Este papel integral es un punto importante para que las empresas extranjeras valoren el rol del auditor en Japón.  

Es importante señalar que, según la Ley de Compañías de Japón, no todas las sociedades anónimas están obligadas a tener un auditor. En principio, las compañías con consejo de administración están obligadas a tener un auditor, pero hay excepciones para ciertas empresas que cumplen con condiciones específicas. Por ejemplo, esto se aplica a las compañías con restricciones en la transferencia de acciones, aquellas sin consejo de administración o aquellas que, incluso teniendo un consejo de administración, cuentan con un contador. En particular, las compañías con comités de nominación o comités de auditoría y similares no están autorizadas a tener un auditor.  

Aunque legalmente el auditor está claramente posicionado como un órgano independiente del consejo de administración, la cultura empresarial tradicional de Japón, especialmente las prácticas de empleo como la antigüedad y el empleo de por vida, pueden influir en la capacidad del auditor para ejercer una función de supervisión y corrección efectiva sobre la dirección. Esto sugiere un desafío potencial en la operación del sistema, donde la independencia legal no necesariamente se traduce en independencia sustantiva o influencia. Por ejemplo, puede ser difícil para un auditor promovido internamente realizar una auditoría rigurosa sobre la dirección que lo ascendió.  

Las facultades y obligaciones del auditor en Japón

El auditor, desde su posición independiente, está dotado de poderosas facultades y obligaciones claras por la Ley de Compañías de Japón para llevar a cabo su trabajo. Estas facultades y obligaciones son esenciales para que el auditor pueda auditar efectivamente la gestión de los directores y proteger los intereses de la compañía.

Principales autoridades de los auditores bajo la ley japonesa

Los auditores deben inspeccionar la ejecución de las tareas de los directores (y de los contadores en las empresas que cuentan con esta figura), y en ese proceso, deben elaborar un informe de auditoría según lo establecido por el Ministerio de Justicia [Artículo 381, párrafo 1 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Este informe de auditoría se presenta en la junta general de accionistas y se convierte en un medio crucial para comunicar la opinión del auditor sobre la situación de gestión de la empresa a los accionistas.  

Además, los auditores pueden en cualquier momento solicitar informes sobre la gestión a los directores, contadores, gerentes y otros empleados, así como investigar la situación de las operaciones y los activos de la empresa [Artículo 381, párrafo 2 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. También, cuando lo consideren necesario para el desempeño de sus funciones, pueden solicitar informes e investigar la situación de las operaciones y los activos de las filiales [Artículo 381, párrafo 3 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Este amplio derecho de investigación es extremadamente importante para la detección temprana de conductas indebidas o ejecución inapropiada de las operaciones.  

Los auditores deben asistir a las reuniones de la junta de directores y, cuando lo consideren necesario, deben expresar su opinión [Artículo 383, párrafo 1 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Sin embargo, dado que los auditores no son miembros de la junta de directores, no pueden ejercer el derecho de voto en las resoluciones de la junta. Este punto es especialmente importante ya que difiere de la práctica común en el extranjero, donde los miembros del comité de auditoría a menudo tienen derecho de voto en las reuniones de la junta.  

Además, si los directores no convocan una junta de directores o si los auditores consideran que es necesario hacerlo, pueden solicitar a los directores que convoquen una junta. Si dentro de los 5 días siguientes a la solicitud no se emite una notificación de convocatoria para una junta de directores que se celebrará dentro de las 2 semanas siguientes a la fecha de la solicitud, el auditor que hizo la solicitud puede convocar la junta de directores por sí mismo [Artículos 383, párrafos 2 y 3 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Esto representa una autoridad importante que permite a los auditores intervenir activamente cuando la junta de directores no funciona adecuadamente.  

Cuando los directores realizan o están a punto de realizar actos fuera del objeto de la empresa o que violan las leyes o los estatutos, y estos actos pueden causar un daño significativo a la empresa, los auditores pueden solicitar a los directores que cesen dichos actos [Artículo 385, párrafo 1 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Este derecho de petición de cese es un medio poderoso que permite a los auditores actuar preventivamente antes de que se produzca un daño grave a la empresa.  

En casos donde los directores presentan una demanda contra la empresa o los accionistas presentan una demanda contra los directores, y surge un litigio entre los directores y la empresa, los auditores representarán a la empresa [Artículo 386, párrafo 1 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Esto asegura que los intereses de la empresa estén adecuadamente protegidos incluso en situaciones de conflicto de intereses.  

Por último, los auditores tienen el derecho de solicitar a la empresa el reembolso de los gastos necesarios para el desempeño de sus funciones [Artículo 388 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Esto permite a los auditores llevar a cabo sus tareas sin restricciones económicas.  

Principales obligaciones de los auditores en Japón

Los auditores en Japón, además de ejercer las autoridades mencionadas, también tienen las siguientes obligaciones importantes.

Los auditores tienen el deber de elaborar un informe de auditoría basado en los resultados de la auditoría de la ejecución de las tareas de los directores, según el Artículo 381, Párrafo 1, Cláusula posterior de la Ley de Compañías Japonesa (平成17年[2005]). Este informe proporciona una opinión independiente sobre la situación de la gobernanza de la empresa a los accionistas y otros stakeholders.

Además, los auditores tienen la obligación de asistir a las reuniones del consejo de administración y expresar su opinión cuando sea necesario, según el Artículo 383, Párrafo 1, Texto principal de la Ley de Compañías Japonesa (平成17年[2005]). Esto asegura la adecuación de las decisiones del consejo de administración al involucrarse activamente en las discusiones y plantear preocupaciones.

Además, si los auditores descubren que los directores han cometido actos ilícitos o han violado leyes o estatutos de manera significativa, deben informar sin demora a la asamblea general de accionistas, según el Artículo 384 de la Ley de Compañías Japonesa (平成17年[2005]). Esta obligación de informar es una función importante para promover la corrección de irregularidades en la empresa al hacerlas públicas.

Los auditores también tienen la obligación de realizar auditorías contables, verificando la existencia y adecuación de los documentos que sirven de base para la elaboración de los libros contables y financieros de la empresa, así como la conformidad con diversas leyes.

Aunque los auditores tienen la obligación de asistir y expresar su opinión en las reuniones del consejo de administración, y poseen poderosas autoridades como el derecho a solicitar la convocatoria del consejo y el derecho a solicitar la suspensión de actos ilegales, no tienen derecho a voto en las resoluciones del consejo. Esta estructura subraya el papel del auditor como “observador”, verificando la legalidad y la adecuación de la gestión desde una perspectiva externa, sin participar directamente en el proceso de toma de decisiones. Esto difiere significativamente de muchos miembros de comités de auditoría en el extranjero que tienen derecho a voto en el consejo, y sugiere que la influencia del auditor depende en gran medida de su capacidad de investigación y la persuasión de sus opiniones.

Además, el hecho de que los auditores tengan la autoridad para solicitar la convocatoria del consejo de administración y, si los directores no responden, la autoridad para convocarla ellos mismos, según los Artículos 383, Párrafos 2 y 3, y el derecho a solicitar la suspensión de actos ilegales de los directores, según el Artículo 385, Párrafo 1 de la Ley de Compañías Japonesa (平成17年[2005]), indica que los auditores no solo realizan auditorías retrospectivas, sino que también desempeñan un papel preventivo y activo para evitar daños a la empresa. Esto enfatiza que las responsabilidades del auditor no solo se centran en la detección de irregularidades, sino también en su prevención.

Responsabilidad y Exención de Responsabilidad del Auditor en Japón

El auditor, al descuidar sus importantes funciones, puede incurrir en diversas responsabilidades según la Ley de Compañías Japonesa (Japanese Company Law). Al mismo tiempo, existe un sistema que permite la exención parcial de dichas responsabilidades bajo ciertas condiciones.

Tipos de responsabilidad de los auditores en Japón

Las responsabilidades que asumen los auditores en Japón incluyen principalmente la responsabilidad civil, la responsabilidad penal y las sanciones administrativas.  

En términos de responsabilidad civil, si un auditor no cumple con sus deberes, tiene la obligación de indemnizar a la sociedad por los daños resultantes [Artículo 423 de la Ley de Sociedades de Japón]. Esto se aplica cuando el auditor no cumple con el deber de cuidado de un administrador prudente. Además, si el auditor actúa con malicia o negligencia grave en el desempeño de sus funciones, o si hace declaraciones o registros falsos sobre asuntos importantes que deberían constar en el informe de auditoría (a menos que pueda probar que no fue negligente), también puede ser responsable de indemnizar a terceros [Artículo 429 de la Ley de Sociedades de Japón]. Además, si hay declaraciones falsas en documentos importantes como informes de valores o informes trimestrales, también puede ser responsable según la Ley de Instrumentos Financieros y Cambios de Japón.  

En cuanto a la responsabilidad penal, los auditores pueden ser sujetos a penas de prisión o multas si cometen actos específicos estipulados en la Ley de Sociedades de Japón, como el delito de abuso de confianza especial, su tentativa, el uso de documentos falsos, el delito de consignación, o el delito de soborno en el ejercicio de los derechos de los accionistas, entre otros [Artículos 960 a 970 y otros de la Ley de Sociedades de Japón].  

En términos de sanciones administrativas, los auditores pueden ser sancionados con multas si hacen declaraciones falsas en el informe de auditoría, si no eligen a un auditor permanente en el consejo de auditores, si no mantienen las actas de las reuniones del consejo de auditores, si no explican los asuntos solicitados por los accionistas en la junta general de accionistas, o si no nombran a un auditor contable temporal, entre otras violaciones de la Ley de Sociedades de Japón [Artículo 976-7 y otros de la Ley de Sociedades de Japón]. Las multas son sanciones administrativas y no constituyen una causa de inhabilitación, a diferencia de las penas criminales.  

La Ley de Sociedades de Japón impone estrictas responsabilidades a los auditores, como la responsabilidad por negligencia en el cumplimiento de sus deberes (Artículo 423 de la Ley de Sociedades de Japón) y la responsabilidad por daños y perjuicios a terceros (Artículo 429 de la Ley de Sociedades de Japón). Esto demuestra que se requiere un alto nivel de diligencia en el desempeño de sus funciones, dado el papel extremadamente importante que los auditores juegan en la gobernanza corporativa. La existencia de responsabilidades penales y sanciones administrativas enfatiza aún más la gravedad de su rol.  

Exención de responsabilidad de los auditores bajo la ley japonesa

La responsabilidad de los auditores es estricta, pero bajo ciertas condiciones, existe un sistema que permite la exención parcial de esta responsabilidad. Esto tiene la intención de equilibrar legalmente el riesgo excesivo en el desempeño de sus funciones y fomentar que personas capacitadas asuman el cargo de auditor.

La responsabilidad de indemnización por daños y perjuicios que un auditor debe a la compañía por negligencia en sus deberes no puede eximirse sin el consentimiento de la totalidad de los accionistas, según el principio general [Artículo 424 de la Ley de Compañías de Japón (2005)].  

Sin embargo, si el auditor actúa de buena fe y sin negligencia grave, es posible eximir la parte de la responsabilidad de indemnización por daños y perjuicios que exceda el límite mínimo de responsabilidad (en el caso de los auditores, el doble de la cantidad de su remuneración anual) mediante una resolución ordinaria de la junta de accionistas [Artículo 425 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Al presentar una propuesta para la exención de responsabilidad de los directores en la junta de accionistas, se debe obtener el consentimiento de todos los auditores [Artículo 425, párrafo 3 de la Ley de Compañías de Japón (2005)].  

Además, mediante una disposición en los estatutos, es posible una exención parcial similar con el consentimiento de la mayoría de los directores o por resolución del consejo de directores [Artículo 426 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Sin embargo, esta exención no se concede si un accionista que posee más del 3% de los derechos de voto totales presenta una objeción dentro de un período determinado [Artículo 426, párrafo 7 de la Ley de Compañías de Japón (2005)].  

Además, para los auditores externos, es posible celebrar un contrato de limitación de responsabilidad con la compañía mediante una disposición en los estatutos [Artículo 427 de la Ley de Compañías de Japón (2005)]. Si se celebra este contrato, el límite de responsabilidad de los auditores externos será el doble de la cantidad de su remuneración o la cantidad determinada por la compañía, la que sea mayor.  

En cuanto a la responsabilidad de indemnización por daños y perjuicios de los auditores, también es posible contratar un seguro de responsabilidad civil para directivos y administradores (seguro D&O). Sin embargo, la póliza no cubre los daños resultantes de actos delictivos de los directivos o actos realizados a sabiendas de que violan la ley.  

Estos sistemas de exención buscan equilibrar la estricta responsabilidad de los auditores con la necesidad de atraer a personal capacitado para el cargo. En particular, la introducción de contratos de limitación de responsabilidad para auditores externos es una medida para emplear proactivamente a expertos externos y mejorar la objetividad en la gobernanza corporativa. La existencia del consentimiento de la junta de accionistas y el derecho a presentar objeciones asegura que la supervisión de los accionistas funcione incluso en el proceso de exención de responsabilidad.

La Relación entre el Auditor y Otras Instituciones Bajo la Ley Japonesa

El auditor, para asegurar una gobernanza corporativa saludable en las empresas japonesas, trabaja en estrecha colaboración y mantiene un equilibrio de poder con otras instituciones como la junta directiva, la asamblea general de accionistas y los auditores contables.

Relación con el Consejo de Administración

El auditor es un órgano independiente del Consejo de Administración y no está bajo su dirección o jurisdicción . Esto es un elemento esencial para que el auditor pueda revisar la ejecución de las tareas de los directores de manera objetiva y neutral. Aunque el auditor tiene la obligación de asistir a las reuniones del Consejo de Administración y expresar su opinión cuando lo considere necesario, según el Artículo 383, Párrafo 1 de la Ley de Compañías de Japón (日本の会社法第383条第1項), no es miembro del Consejo de Administración y, por lo tanto, no puede ejercer derecho a voto en las resoluciones del mismo .  

El auditor supervisa la operación del Consejo de Administración a través del derecho a solicitar la convocatoria del Consejo y el derecho a solicitar la detención de actos ilegales por parte de los directores . Por ejemplo, si un director intenta realizar una acción que viola las leyes o los estatutos, el auditor puede solicitar la detención de dicha acción para prevenir daños a la compañía antes de que ocurran. Además, aunque la presencia del auditor no afecta directamente la validez de las resoluciones del Consejo de Administración, si el auditor expresa una objeción durante una resolución por escrito, no se permite omitir la resolución . Esto demuestra que, aunque el auditor no tiene derecho a voto, su presencia tiene una influencia significativa en el proceso de toma de decisiones del Consejo de Administración. La existencia del auditor actúa como un disuasivo contra la corrupción y las decisiones inapropiadas dentro del Consejo de Administración, verifica la legalidad de las discusiones y decisiones del Consejo, así como la ejecución de las tareas de cada director, y promueve las correcciones necesarias cuando sea apropiado . Además, el auditor también revisa las actas del Consejo de Administración para asegurarse de que no haya discrepancias, omisiones o alteraciones en el contenido, lo cual es parte de sus responsabilidades .  

Relación con la Junta General de Accionistas en Japón

El auditor tiene la obligación de verificar que los documentos y propuestas presentados por los directores en la Junta General de Accionistas no violen las leyes o el estatuto social. Incluso si el contenido no infringe las leyes o el estatuto, pero podría resultar perjudicial para la empresa, el auditor debe informar de ello en la Junta General de Accionistas. De esta manera, los accionistas pueden obtener una opinión independiente del auditor sobre la situación de gestión de la empresa y la ejecución de las tareas de los directores. La elección del auditor se realiza mediante una resolución ordinaria en la Junta General de Accionistas, y su destitución también se lleva a cabo mediante una resolución especial de la misma. Así, el auditor asume la responsabilidad de rendir cuentas ante los accionistas y contribuye a la protección de sus intereses.

Relación con el Auditor Contable bajo la Ley Japonesa

El auditor contable es uno de los órganos de una sociedad anónima en Japón y tiene la responsabilidad de auditar la contabilidad de la empresa. El consejo de auditores (Kansayaku-kai) tiene la autoridad para decidir sobre las propuestas presentadas a la junta general de accionistas respecto a la designación, destitución o no reelección del auditor contable [Artículo 344, párrafo 1, y Artículo 344, párrafo 3, de la Ley de Sociedades de Japón (Heisei 17 (2005))]. Este mecanismo está diseñado para prevenir situaciones en las que la dirección pueda excluir a auditores contables inconvenientes o instalar a personas de su conveniencia, asegurando así la independencia y efectividad del auditor contable. Esto representa una función de control esencial dentro de la estructura de gobernanza corporativa japonesa.

Además, la determinación de la remuneración del auditor contable requiere el consentimiento de los auditores, entre otros [Artículo 399 de la Ley de Sociedades de Japón (Heisei 17 (2005))]. Esto garantiza que el auditor contable pueda desempeñar sus funciones de manera independiente, sin influencias indebidas por parte de la dirección. Además, el auditor contable debe informar sin demora al consejo de auditores (Kansayaku-kai) si, en el curso de sus deberes, descubre actos ilícitos o hechos significativos que constituyan una violación de las leyes o del estatuto social. Los auditores pueden solicitar informes sobre la auditoría al auditor contable si lo consideran necesario para el desempeño de sus funciones, y el auditor contable está obligado a responder a estas solicitudes. Si el auditor contable tiene una opinión diferente a la de los auditores, se le permite asistir a la junta general ordinaria de accionistas y expresar su punto de vista. Estas disposiciones contribuyen a la creación de un sistema sólido en el que los auditores y el auditor contable trabajan en conjunto para asegurar informes financieros transparentes y confiables.

Casos judiciales sobre el papel del auditor en Japón

Los tribunales japoneses han clarificado su interpretación sobre el alcance de las funciones y la responsabilidad por negligencia de los auditores a través de varias sentencias importantes. Estos casos judiciales especifican concretamente el papel que deben desempeñar los auditores y la gravedad de sus responsabilidades.

Casos judiciales sobre la negligencia de los auditores

La sentencia del Tribunal Supremo de Japón del 19 de julio de 2021 (2021) se refiere a un caso en una compañía no pública donde un auditor con auditoría limitada no detectó un desfalco cometido por un empleado. En este caso, a pesar de que se habían falsificado los certificados de saldo para ocultar el desfalco, se consideró que el auditor había sido negligente al no verificar los documentos originales. El Tribunal Supremo determinó que incluso un auditor con auditoría limitada no puede simplemente asumir que el contenido de los libros contables es correcto y basarse en ello para auditar los documentos financieros. A menos que haya circunstancias especiales, como que sea evidente que los libros contables carecen de fiabilidad, el auditor tiene la obligación de no solo verificar que las cifras de los documentos financieros coincidan con el contenido de los libros contables, sino también de investigar si hay circunstancias que hagan dudar de la fiabilidad de los libros contables. Esta sentencia es extremadamente importante porque aclara el alcance de la obligación de auditoría del auditor con auditoría limitada, imponiendo un deber de investigación proactiva en lugar de una mera verificación formal con los libros, y refleja las altas expectativas de gobernanza corporativa de que las funciones del auditor sean más sustanciales y proactivas. Esta decisión aclara que los auditores tienen la responsabilidad de investigar activamente los hechos cuando surgen dudas, en lugar de depender ciegamente de los registros internos.

Casos judiciales sobre la obligación de supervisión de los auditores

A continuación, la sentencia del Tribunal Supremo de Japón del 22 de mayo de 1973 (1973) se relaciona con un caso en el que se cuestionó la responsabilidad de un auditor por violar su deber de supervisión y vigilancia cuando un ejecutivo estaba al tanto o tenía la posibilidad de estar al tanto de actos ilícitos o irregularidades. El Tribunal Supremo estableció el alcance del deber de supervisión del auditor y las condiciones bajo las cuales la violación de este deber conduce a la responsabilidad, enfatizando especialmente que la responsabilidad surge “cuando el ejecutivo estaba al tanto o tenía la posibilidad de estar al tanto” de la mala conducta. Esta sentencia es importante porque muestra que el deber de supervisión del auditor no es meramente formal, sino un deber sustancial dirigido a la prevención y detección de actos ilícitos concretos. El hecho de que un auditor pueda ser responsable incluso si no estaba consciente de la mala conducta, pero podría haberla reconocido con la debida atención (posibilidad de reconocimiento), impone un alto nivel de deber de cuidado en el desempeño de las funciones del auditor. Esto requiere que los auditores supervisen más activamente la ejecución de las operaciones de la empresa y detecten signos de problemas en una etapa temprana.

Estos casos judiciales demuestran que los auditores en Japón no son simplemente un órgano de verificación formal, sino una presencia poderosa con un deber sustancial de supervisión e investigación para el funcionamiento saludable de la empresa. En particular, la sentencia del Tribunal Supremo de 2021 destaca claramente la elevación de los estándares de expectativas hacia los auditores, incluso aquellos con auditoría limitada, exigiendo una acción proactiva para no pasar por alto signos de fraude.

Resumen

El sistema de auditores en Japón (監査役制度) es una institución de gobernanza corporativa esencial para asegurar la gestión saludable y la transparencia de las empresas, y su singularidad requiere una comprensión profunda, especialmente desde una perspectiva internacional. Los auditores tienen amplios poderes y obligaciones estrictas para auditar la ejecución de las tareas de los directores y corregir o prevenir actos ilícitos. Sus responsabilidades se extienden a sanciones civiles, penales y administrativas, y la jurisprudencia japonesa continúa clarificando y reforzando el alcance de sus deberes de supervisión y diligencia.

Monolith Law Office es un despacho de abogados con un amplio historial en la ley de sociedades japonesa (日本の会社法), gobernanza corporativa y asuntos legales internacionales. Nuestro equipo incluye miembros con calificaciones legales extranjeras y paralegales bilingües en japonés e inglés, así como hablantes de inglés con calificaciones legales extranjeras, lo que nos permite mantener un sistema de equipo altamente especializado con una red internacional.

Para las empresas extranjeras que buscan expandir sus operaciones en Japón, comprender la complejidad de la ley de sociedades japonesa y la gobernanza corporativa es esencial, y nuestro despacho posee el conocimiento especializado y la experiencia práctica necesarios para satisfacer estas necesidades.

Managing Attorney: Toki Kawase

The Editor in Chief: Managing Attorney: Toki Kawase

An expert in IT-related legal affairs in Japan who established MONOLITH LAW OFFICE and serves as its managing attorney. Formerly an IT engineer, he has been involved in the management of IT companies. Served as legal counsel to more than 100 companies, ranging from top-tier organizations to seed-stage Startups.

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