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Marco de Control de Inmigración y Residencia en Japón: Una Visión General de la Legislación y la Administración

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Marco de Control de Inmigración y Residencia en Japón: Una Visión General de la Legislación y la Administración

El movimiento de personas a través de las fronteras de Japón está regulado de manera integral por una ley conocida como la “Ley de Control de Inmigración y Reconocimiento de Refugiados” de Japón. Esta ley establece en su Artículo 1 que su objetivo es “asegurar una gestión justa de la entrada y salida de todas las personas que ingresan o salen del país, así como de la estancia de todos los extranjeros en Japón”. La frase “gestión justa” simboliza el equilibrio entre dos intereses nacionales vitales que la administración de inmigración japonesa busca alcanzar. Por un lado, es esencial recibir sin trabas a talentos capaces, capital y visitantes que son indispensables para la revitalización económica, la innovación tecnológica y el mantenimiento de la posición de Japón en la comunidad internacional. Por otro lado, es igualmente importante mantener un sistema de gestión estricto para proteger la seguridad nacional, el orden público y el mercado laboral interno. Este principio fundamental de equilibrar la promoción y la regulación guía el diseño de todo el sistema de control de inmigración de Japón, desde las autoridades de la Agencia de Servicios de Inmigración y Residencia hasta las condiciones de entrada para cada extranjero. Por lo tanto, para comprender este sistema, es esencial no solo conocer los procedimientos individuales, sino también captar la filosofía legal y la estructura administrativa subyacentes.

Principios Básicos de la Gestión de Inmigración en Japón

El principio legal más fundamental que sustenta todo el sistema de gestión de inmigración en Japón es el principio de soberanía nacional. Este se basa en la idea, establecida en el derecho consuetudinario internacional, de que un Estado tiene el derecho soberano de negar la entrada a extranjeros que puedan perjudicar la seguridad o los intereses de su propio país. En concreto, la autoridad para decidir qué extranjeros aceptar en el territorio de un Estado y bajo qué condiciones, en principio, se deja al libre albedrío de ese Estado. Una consecuencia importante derivada de este principio de derecho internacional es que para los extranjeros, entrar y permanecer en Japón no es un derecho inherente garantizado, sino un tipo de permiso otorgado a discreción por el Estado japonés. Este concepto no se limita a una teoría legal abstracta; se convierte en la fuente de legitimidad legal que, como se demuestra en el fallo del caso McClean, permite a los tribunales japoneses otorgar una amplia discreción a las autoridades administrativas, incluido el Ministro de Justicia, en asuntos como la renovación de permisos de residencia. Comprender el principio de soberanía nacional es clave para entender por qué el sistema de gestión de inmigración en Japón opera de una manera que permite un amplio margen de discreción en las decisiones administrativas.

La Agencia de Servicios de Inmigración y Residencia: La Organización a Cargo de la Administración de Inmigración en Japón

En Japón, la institución especializada en la administración de asuntos migratorios es la Agencia de Servicios de Inmigración y Residencia, establecida dentro del Ministerio de Justicia. Comúnmente conocida por su abreviatura “Nyūkan”, esta agencia fue reorganizada en abril de 2019 (Reiwa 1) de la anterior Oficina de Inmigración, que era una división interna del Ministerio de Justicia, a una agencia externa con mayor autoridad e independencia. El trasfondo de esta reestructuración organizativa incluye un aumento significativo en el número de extranjeros residentes en Japón y la creación de nuevas categorías de residencia para abordar la creciente escasez de mano de obra, lo que ha llevado a que los desafíos que enfrenta la administración migratoria sean más complejos tanto en calidad como en cantidad. Este cambio no es solo un cambio de nombre, sino que refleja un importante cambio estratégico en la estrategia nacional de Japón. Es decir, se ha fortalecido el sistema para perseguir objetivos políticos contradictorios: promover la aceptación de extranjeros para asegurar la fuerza laboral y, al mismo tiempo, mantener la seguridad nacional y el orden social.

Las principales funciones de la Agencia de Servicios de Inmigración y Residencia de Japón se pueden dividir en cuatro pilares principales. En primer lugar, el “control de inmigración” en aeropuertos y puertos marítimos, que es el núcleo de las medidas fronterizas para gestionar a los extranjeros que intentan entrar en Japón y a las personas que salen del país. En segundo lugar, la “inspección y gestión de residencia”, que implica la revisión de solicitudes como la renovación del período de residencia y el cambio de estatus de residencia de los extranjeros que ya están en Japón, así como la gestión de datos relacionados con los residentes extranjeros. En tercer lugar, el “apoyo a la residencia”, que es una función relativamente nueva que proporciona información y asesoramiento para ayudar a los extranjeros a vivir sin problemas como miembros de la sociedad japonesa, incluyendo la operación del Centro de Apoyo a la Residencia de Extranjeros (FRESC). Y en cuarto lugar, la “inspección de infracciones y expulsión forzosa”, que investiga a los extranjeros que han violado la Ley de Control de Inmigración y Reconocimiento de Refugiados de Japón, como los que permanecen ilegalmente en el país, y lleva a cabo procedimientos de expulsión forzosa del país cuando es necesario, como parte de la ejecución de la ley.

Este cambio en la estructura organizativa tiene un significado que va más allá de la reorganización administrativa. Indica que la agencia responsable de la gestión de la inmigración ahora asume oficialmente el papel de apoyar la aceptación y la integración social de los extranjeros, además de su papel tradicional de estricta gestión y control. Este doble papel es una elección estratégica para responder a la realidad de los cambios demográficos y las necesidades económicas que enfrenta Japón.

ÍtemAntigua Oficina de InmigraciónActual Agencia de Servicios de Inmigración y Residencia
Estatus legalDivisión interna del Ministerio de JusticiaAgencia externa del Ministerio de Justicia
Principal funciónPrincipalmente enfocada en el control de inmigración y la ejecución de la leyFunciones ampliadas que incluyen control de inmigración, gestión de residencia, apoyo a la residencia y ajuste estratégico
Alcance de la autoridadFuncionaba como una división dentro del Ministerio de JusticiaInstitución con funciones de comando, mayor autoridad y presupuesto reforzado

Proceso de Entrada: Procedimientos de Desembarco en Japón

Para que un extranjero ingrese a Japón, es necesario obtener permiso de “desembarco” a través de un proceso legal. La base de este procedimiento se encuentra en el Artículo 7 de la Ley de Control de Inmigración y Reconocimiento de Refugiados de Japón, que establece las “condiciones para el desembarco”. Este artículo especifica claramente cinco requisitos que los extranjeros deben cumplir para ser autorizados a desembarcar.

En primer lugar, se requiere que posean un pasaporte válido y, en principio, un visado válido emitido por el jefe de una misión diplomática en el extranjero o por el Ministro de Asuntos Exteriores. En segundo lugar, la información proporcionada en la solicitud para las actividades que se pretenden realizar en Japón no debe ser falsa. En tercer lugar, dichas actividades deben corresponder a alguna de las categorías de estatus de residencia establecidas en la Ley de Control de Inmigración y Reconocimiento de Refugiados de Japón. Cuarto, el período de estancia previsto en Japón debe estar en conformidad con las disposiciones legales. Y quinto, no deben aplicarse las razones de denegación de desembarco que se mencionarán más adelante.

La revisión real se lleva a cabo por oficiales de inmigración en los puertos de entrada y salida establecidos en aeropuertos y puertos marítimos de Japón. Los extranjeros deben proporcionar información de identificación personal, como huellas dactilares y fotografías faciales, al solicitar el desembarco. Posteriormente, a través de entrevistas con los oficiales de inmigración, se evalúa si se cumplen las cinco condiciones de desembarco mencionadas anteriormente. Si el oficial de inmigración determina que se cumplen todas las condiciones, se estampa un “sello de permiso de desembarco” en el pasaporte del extranjero, lo que le permite desembarcar legalmente en Japón por primera vez. Este conjunto de procesos, desde la solicitud de visado hasta la revisión final en la frontera, está diseñado para asegurar que los extranjeros que ingresan a Japón cumplan con los requisitos legales necesarios.

Aseguramiento de la Justicia y Seguridad: Motivos de Denegación de Entrada en Japón

Dentro de las cinco condiciones para la entrada en Japón, un requisito que juega un papel crucial en el mantenimiento de la seguridad y el orden público de Japón es no estar sujeto a los motivos de denegación de entrada. El Artículo 5 de la Ley de Control de Inmigración y Reconocimiento de Refugiados de Japón enumera específicamente los tipos de extranjeros a los que no se les debe permitir la entrada, desde una perspectiva de protección de los intereses de la sociedad japonesa. Esta disposición asegura legalmente el aspecto de “control riguroso” en la gestión de inmigración.

Los motivos de denegación de entrada son variados, pero según la organización de la Agencia de Servicios de Inmigración y Residencia de Japón, se pueden clasificar principalmente en las siguientes categorías. En primer lugar, aquellos cuya entrada no es deseable desde un punto de vista de salud pública. Esto incluye, por ejemplo, a pacientes con ciertas enfermedades infecciosas. En segundo lugar, aquellos que se consideran de naturaleza antisocial. Por ejemplo, los miembros de organizaciones delictivas organizadas entran en esta categoría. En tercer lugar, aquellos que han sido deportados de Japón en el pasado o que han sido condenados por delitos graves dentro o fuera de Japón. Esto es un criterio importante para evaluar el riesgo de reincidencia y la compatibilidad con el orden legal japonés. En cuarto lugar, aquellos que se cree que pueden llevar a cabo actos que perjudiquen los intereses nacionales o la seguridad pública de Japón. Los terroristas o aquellos involucrados en actividades de espionaje son ejemplos típicos de esta categoría. Y en quinto lugar, los casos basados en la reciprocidad. Estas disposiciones demuestran que el control de fronteras de Japón no solo gestiona el movimiento de personas, sino que también funciona como una línea de defensa crucial para proteger al país de diversas amenazas.

Gestión de Extranjeros Residentes en Japón

Cuando un extranjero obtiene permiso de desembarco y reside en Japón, sus actividades están legalmente definidas por la “calificación de residencia” determinada en el momento de su llegada. Este sistema de calificación de residencia es fundamental para la gestión de la residencia, pero paralelamente, se imponen a las empresas y a los propios extranjeros varias obligaciones administrativas de notificación importantes con el objetivo de mantener un conocimiento preciso del estado de residencia.

Una de estas es la “notificación por parte de la institución afiliada”, basada en el Artículo 19-16 de la Ley de Control de Inmigración y Reconocimiento de Refugiados de Japón. Esta disposición obliga a las empresas que emplean a extranjeros con residencia de medio a largo plazo, así como a las instituciones educativas que los acogen, a notificar a la Agencia de Servicios de Inmigración dentro de los 14 días después de iniciar o terminar un contrato con el extranjero (por ejemplo, cuando un empleado renuncia).

De manera correspondiente, el Artículo 19-17 de la misma ley establece la “notificación por parte del residente de medio a largo plazo”. Esto impone la obligación al propio extranjero de notificar cualquier cambio en el nombre o ubicación de la institución a la que pertenece, la desaparición de la institución, o su separación o transferencia de la misma, dentro de los 14 días después de que ocurra el hecho.

Estas obligaciones de notificación no son meros trámites administrativos. Funcionan como mecanismos de recolección de datos extremadamente importantes que permiten al gobierno comprender casi en tiempo real los movimientos del talento extranjero dentro de Japón. Al obtener información tanto de empresas como de individuos, se garantiza la precisión de los datos y se puede detectar rápidamente la posibilidad de que un extranjero haya perdido la base legal para su residencia (por ejemplo, si renunció a la empresa y no ha encontrado un nuevo empleo). Para las empresas, omitir esta notificación no es solo una violación de procedimiento, sino que también se considera una falta de cooperación con el sistema de gestión de residencia que constituye la base de la seguridad nacional y la política económica del país, lo que podría resultar en una evaluación desfavorable en futuras solicitudes de calificación de residencia.

Además, si un extranjero residente desea salir temporalmente de Japón y luego reingresar con la misma calificación de residencia, en principio, es necesario obtener “permiso de reingreso” de antemano. Utilizando este sistema, establecido en el Artículo 26 de la Ley de Control de Inmigración y Reconocimiento de Refugiados de Japón, es posible reingresar manteniendo la calificación de residencia que se tenía antes de salir del país.

Alcance de la discreción administrativa: Casos judiciales clave en Japón

Para comprender la operación de la administración de inmigración en Japón, es extremadamente importante conocer los casos de la Corte Suprema que definen el alcance de la discreción que tienen las agencias administrativas, en particular el Ministro de Justicia. Un caso representativo es el fallo de la Corte Suprema del 4 de octubre de 1978 (Showa 53), conocido como el fallo del caso McClean. En este caso, la Corte Suprema reconoció que el Ministro de Justicia tiene una amplia discreción para decidir si permite o no la renovación del período de estadía de un extranjero.

La razón dada por el tribunal fue que, para decidir sobre la aprobación o denegación de la renovación del período de estadía, es necesario considerar de manera integral no solo las circunstancias individuales del solicitante, sino también una variedad de factores de gran interés público, como la situación política, económica y social dentro de Japón, las relaciones internacionales y las consideraciones diplomáticas. Además, concluyó que este tipo de juicio altamente político, por su naturaleza, es más adecuado dejarlo a la discreción especializada y política del Ministro de Justicia, quien es el responsable de la administración de inmigración.

Además, este fallo limitó estrictamente los casos en los que el tribunal puede intervenir en la decisión del Ministro de Justicia. El tribunal solo puede anular esa decisión si “carece completamente de una base fáctica o si es claramente irrazonable según las normas sociales”. Este umbral extremadamente alto tiene el efecto de proteger en gran medida las decisiones administrativas del escrutinio judicial.

Las consecuencias prácticas de este caso son significativas. Reflejan la realidad de que es muy difícil anular una decisión administrativa, como una denegación de permiso de residencia, mediante un litigio. Por lo tanto, para que las empresas faciliten la incorporación de talento extranjero, es estratégicamente crucial adoptar un enfoque preventivo y proactivo, no confiar en litigios posteriores, sino preparar documentos convincentes que cumplan con todos los requisitos en la etapa de solicitud y asegurar un cumplimiento riguroso de las obligaciones de notificación y otras normativas. Este caso es uno de los ejemplos más claros de cómo se materializa el principio de soberanía nacional en las decisiones judiciales dentro de Japón.

Resumen

El sistema de control de inmigración y residencia de Japón se basa en el principio de soberanía nacional y está diseñado para equilibrar dos objetivos: las demandas económicas y la seguridad nacional. Su operación está a cargo de la Agencia de Servicios de Inmigración, una institución especializada que actúa bajo la amplia discreción del Ministro de Justicia, buscando un equilibrio entre rigurosidad y fluidez. Comprender y manejar adecuadamente este sistema es un desafío de gestión esencial para las empresas que operan a nivel global.

Monolith Law Office posee una amplia experiencia asesorando a numerosos clientes nacionales en cuestiones legales relacionadas con el sistema de control de inmigración de Japón, como se ha explicado en este artículo. Nuestro despacho cuenta con profesionales que, además de estar cualificados como abogados en Japón, poseen calificaciones legales extranjeras y hablan inglés, lo que nos permite ofrecer un soporte legal integral que combina un profundo conocimiento de la ley nacional con una perspectiva internacional. Si enfrenta desafíos relacionados con la compleja gestión de inmigración y residencia, no dude en consultar con Monolith Law Office.

Managing Attorney: Toki Kawase

The Editor in Chief: Managing Attorney: Toki Kawase

An expert in IT-related legal affairs in Japan who established MONOLITH LAW OFFICE and serves as its managing attorney. Formerly an IT engineer, he has been involved in the management of IT companies. Served as legal counsel to more than 100 companies, ranging from top-tier organizations to seed-stage Startups.

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