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Adquisición y cancelación de acciones propias en la ley de sociedades japonesa

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Adquisición y cancelación de acciones propias en la ley de sociedades japonesa

El concepto de acciones propias bajo la Ley de Compañías de Japón (Heisei 17 [2005], Ley Nº 86) desempeña un papel extremadamente importante en la estrategia financiera corporativa y en la mejora del valor para los accionistas. Las acciones propias se refieren a las acciones que una sociedad anónima adquiere y posee de su propia emisión. Bajo la antigua Ley Comercial de Japón, la adquisición de acciones propias estaba en principio prohibida, ya que existía el riesgo de socavar la base patrimonial de la compañía. Esto se debía a un diseño legal conservador, fuertemente arraigado en el principio de “conservación y fortalecimiento del capital”, que buscaba prevenir la salida fácil del capital suscrito en el momento de la fundación de la compañía y mantener la base patrimonial de la misma.

Sin embargo, con la reforma de la Ley Comercial en 2001 y la promulgación de la actual Ley de Compañías, la adquisición y tenencia de acciones propias se liberalizó en principio, convirtiéndose en una herramienta importante que permite políticas de capital flexibles en la gestión empresarial moderna. Esta reforma legal no se limitó a un cambio técnico, sino que sugiere la creciente necesidad de que las empresas japonesas persigan estrategias financieras flexibles en un entorno competitivo global y la creciente importancia de maximizar el valor para los accionistas como objetivo de gestión contemporáneo. En los países occidentales, la adquisición de acciones propias ha sido una estrategia común de retribución a los accionistas desde hace tiempo y se ha utilizado ampliamente en fusiones y adquisiciones (M&A) y como incentivo para los empleados. La reforma legal en Japón puede interpretarse como un paso importante para alinear las prácticas Negocios japonesas con las internacionales y mejorar la competitividad de las empresas japonesas. En otras palabras, esta reforma es parte de una tendencia más profunda que promueve la maduración de la gobernanza corporativa y los mercados de capitales en la economía japonesa en su conjunto. Este artículo explica en detalle los propósitos de la adquisición y cancelación de acciones propias establecidos por la Ley de Compañías de Japón, así como los requisitos y procedimientos legales correspondientes.

Objetivos de la adquisición de acciones propias bajo la ley japonesa

La adquisición de acciones propias es utilizada por las empresas modernas en Japón para una variedad de propósitos estratégicos. No se lleva a cabo con un único objetivo, sino que a menudo se decide en función de una combinación de múltiples estrategias Negocios.

En primer lugar, la adquisición de acciones propias se utiliza ampliamente como parte de la devolución de beneficios a los accionistas. Al recomprar sus propias acciones en el mercado, la empresa reduce el número total de acciones emitidas, lo que puede aumentar el beneficio por acción (EPS) y la rentabilidad sobre el patrimonio (ROE), y como resultado, potencialmente conducir a un aumento en el precio de las acciones. Esto se considera una forma de retorno económico a los accionistas, similar al pago de dividendos. Con el trasfondo de que la Bolsa de Valores de Tokio promueve una gestión consciente del costo de capital y del precio de las acciones, la adquisición de acciones propias se posiciona como un medio proactivo para mejorar la valoración del mercado, como la mejora del PBR (ratio precio-libro).

En segundo lugar, también funciona como una medida de defensa contra adquisiciones hostiles. Al poseer sus propias acciones, la empresa reduce el número de acciones en circulación en el mercado, lo que puede disminuir el riesgo de una adquisición hostil. Al aumentar la proporción de acciones propias, el capital necesario para que un adquirente obtenga la mayoría de las acciones aumenta, elevando así el umbral para la adquisición.

En tercer lugar, se utiliza para la sucesión empresarial y el ajuste de la composición de los accionistas. En las pequeñas y medianas empresas, la adquisición de acciones propias puede utilizarse como medida de sucesión empresarial. Por ejemplo, adquiriendo y cancelando acciones de herederos que no son sucesores, es posible aumentar la proporción de acciones en manos del sucesor y concentrar el poder de gestión. Además, en empresas no cotizadas, cuando los accionistas desean monetizar sus acciones pero no hay mercado para ellas, la empresa puede comprarlas, satisfaciendo así las necesidades de venta de los accionistas. Esto también puede prevenir la dispersión de acciones y contribuir a la estabilización de la gestión.

En cuarto lugar, se considera su aplicación en incentivos para empleados y estrategias de fusiones y adquisiciones (M&A). Las acciones propias adquiridas pueden utilizarse como opciones sobre acciones o compensación en acciones para directivos y empleados, aumentando su motivación y vinculándolos al aumento del valor corporativo. Además, pueden utilizarse como contraprestación en M&A que involucran intercambio de acciones, permitiendo avanzar en la reorganización de la empresa mientras se conserva el capital.

Así, la adquisición de acciones propias a menudo se decide en función de una combinación de múltiples estrategias Negocios, como la devolución de beneficios a los accionistas, la defensa contra adquisiciones, la sucesión empresarial, M&A y los incentivos para empleados. Por ejemplo, adquirir acciones propias durante un período de baja en el precio de las acciones puede apoyar el precio de las acciones mientras se mejora el beneficio por acción para fortalecer la devolución a los accionistas y, al mismo tiempo, reducir el número de acciones en circulación para disminuir el riesgo de adquisición. Esta multifacética muestra que la adquisición de acciones propias no es solo una cuestión de contabilidad o de gestión de fondos, sino una decisión importante de gestión que está profundamente integrada en la estrategia de crecimiento a largo plazo de la empresa, la política de capital, la gobernanza corporativa y los planes de sucesión empresarial. Especialmente en las empresas cotizadas, con el trasfondo de que la Bolsa de Valores de Tokio promueve una gestión consciente del costo de capital y del precio de las acciones, la adquisición de acciones propias se posiciona como un medio proactivo para mejorar la valoración del mercado, como la mejora del PBR. En las empresas no cotizadas, su valor estratégico contribuye a la resolución de problemas más prácticos y urgentes, como la monetización de acciones con baja liquidez y una sucesión empresarial fluida, lo que demuestra su valor estratégico en un contexto diferente al de las empresas cotizadas. Esto sugiere que la adquisición de acciones propias es una herramienta altamente flexible cuyo método de uso puede cambiar significativamente dependiendo de la situación de la empresa y la dirección que busca.

Requisitos legales y procedimientos para la adquisición de acciones propias bajo la ley japonesa

La adquisición de acciones propias tiene un impacto en el patrimonio de la compañía, por lo que está sujeta a estrictos requisitos y procedimientos establecidos por la Ley de Compañías de Japón (Japanese Companies Act).

Principios de Regulación de Fuentes de Financiamiento y el Monto Distribuible

Cuando una sociedad anónima adquiere sus propias acciones a cambio de una compensación con el acuerdo de sus accionistas, el monto total de la contraprestación no debe exceder el “monto distribuible” en la fecha en que el acto surta efecto, según el Artículo 461, Párrafo 1 de la Ley de Sociedades de Japón (Heisei (1989)). Esta “regulación de fuentes de financiamiento” es una disposición importante diseñada para prevenir la salida indebida de los activos de la empresa y proteger a los acreedores de posibles daños. La adquisición de acciones propias implica que la empresa recompra acciones de sus accionistas, lo que conlleva la devolución de fondos a los mismos, es decir, la salida de activos de la empresa. Si no hubiera restricciones en esta salida de fondos, la empresa podría adquirir excesivamente sus propias acciones, lo que podría resultar en una base patrimonial debilitada y aumentar el riesgo de que los acreedores no puedan recuperar sus créditos.

La “regulación de fuentes de financiamiento” establecida en el Artículo 461 de la Ley de Sociedades de Japón es un requisito legal extremadamente importante establecido para evitar este riesgo. Introduce el concepto de “monto distribuible” y establece un límite a los fondos que la empresa puede devolver a los accionistas, protegiendo así los intereses de los acreedores y asegurando la solidez financiera de la empresa. El monto distribuible se calcula en base al monto del superávit y varía según la situación financiera de la empresa. Esto sugiere que el espíritu del “principio de mantenimiento de capital” de la era de la antigua Ley Comercial se mantiene en la actualidad, aunque con una forma diferente. Las empresas tienen la obligación de calcular este monto distribuible con precisión y cumplir con él al planificar la adquisición de acciones propias. En caso de incumplimiento, pueden enfrentar graves riesgos legales, como la responsabilidad de los directores y la invalidez del acto de adquisición. Esta regulación sirve como una base legal y práctica para que las empresas equilibren la devolución de capital a los accionistas y la protección de los acreedores.

Adquisición de Acciones Propias Mediante Acuerdo con los Accionistas (Incluyendo Transacciones de Mercado)

El procedimiento principal para la adquisición onerosa de acciones propias es el siguiente:

Resolución de la Junta General de Accionistas (Artículo 156 de la Ley de Sociedades de Japón)

Para que una compañía adquiera acciones propias de manera onerosa mediante un acuerdo con los accionistas, debe establecer previamente mediante una resolución ordinaria de la Junta General de Accionistas los siguientes puntos (Artículo 156, párrafo 1 de la Ley de Sociedades de Japón):

  • El número de acciones a adquirir (en el caso de compañías con acciones de diferentes clases, el tipo de acciones y el número por cada clase)
  • El contenido y el monto total del dinero u otros activos a entregar a cambio de las acciones
  • El período durante el cual se pueden adquirir las acciones (no puede exceder de un año)

Esta resolución establece el marco dentro del cual la compañía puede determinar “cuántas acciones, a qué precio y durante qué período” adquirirá sus propias acciones, y se considera parte de la devolución de beneficios a los accionistas, junto con la distribución de dividendos.

Resolución del Consejo de Administración (Artículo 157 de la Ley de Sociedades de Japón)

Dentro del marco establecido por la resolución de la Junta General de Accionistas, cuando se va a adquirir acciones propias, es necesario establecer los siguientes puntos mediante una resolución del Consejo de Administración (en el caso de compañías con un Consejo de Administración establecido) cada vez que se realice la adquisición (Artículos 157, párrafos 1 y 2 de la Ley de Sociedades de Japón):

  • El número de acciones a adquirir
  • El contenido y la cantidad o el monto del dinero u otros activos a entregar a cambio de una acción, o el método para calcular estos
  • El monto total del dinero u otros activos a entregar a cambio de las acciones
  • La fecha límite para la presentación de solicitudes de transferencia de acciones

Con esta resolución del Consejo de Administración se determinan las condiciones específicas de la adquisición y se ejecuta la compra.

Notificación a los Accionistas y Anuncio y Solicitud de Transferencia (Artículos 158 y 159 de la Ley de Sociedades de Japón)

Después de que el Consejo de Administración haya decidido los asuntos relacionados con la adquisición, la compañía notificará o anunciará estos asuntos a los accionistas (Artículo 158 de la Ley de Sociedades de Japón). Los accionistas que reciban la notificación presentarán su solicitud de transferencia de acciones antes de la fecha límite establecida por la compañía (Artículo 159, párrafo 1 de la Ley de Sociedades de Japón). Si el número total de solicitudes excede el número de acciones a adquirir, la compra se realizará en proporción a las solicitudes presentadas.

Transacciones de Mercado y Ofertas Públicas de Adquisición

Cuando una compañía cotizada adquiere sus propias acciones, puede utilizar métodos como la compra en el mercado de la Bolsa de Valores de Tokio, sistemas de transacciones fuera del mercado como ToSTNeT-2 y ToSTNeT-3, o la oferta pública de adquisición de acciones (TOB) dirigida a un número no específico de accionistas. Las ofertas públicas de adquisición tienen un gran impacto en el mercado, por lo que se requiere la divulgación de información bajo la Ley de Instrumentos Financieros y Cambios de Japón, así como la garantía de oportunidades de venta equitativas.

Adquisición de Acciones Propias de Determinados Accionistas

Cuando una compañía adquiere acciones propias exclusivamente de ciertos accionistas, se requieren procedimientos más estrictos para mantener la equidad entre los accionistas.

Resolución Especial de la Junta General de Accionistas (Artículo 160 de la Ley de Sociedades de Japón)

Para adquirir acciones propias de determinados accionistas, es necesario establecer lo siguiente mediante una resolución especial de la junta general de accionistas, según el artículo 160, párrafo 1 de la Ley de Sociedades de Japón:

  • El número de acciones a adquirir
  • El contenido y el monto total del dinero u otros valores a intercambiar por las acciones
  • El período durante el cual se pueden adquirir las acciones (no puede exceder de un año)
  • La intención de adquirir acciones propias de determinados accionistas y el nombre o denominación de esos accionistas específicos

Esta resolución especial requiere la asistencia de más de la mitad de los derechos de voto de los accionistas con derecho a voto y la aprobación de al menos dos tercios de los derechos de voto de los accionistas presentes. Los accionistas específicos no pueden ejercer su derecho a voto en esta resolución (Artículo 160, párrafo 4 de la Ley de Sociedades de Japón).

Derecho de Solicitud Adicional del Vendedor

En el caso de adquirir acciones de determinados accionistas, se reconoce el “derecho de solicitud adicional del vendedor” para prevenir que otros accionistas sufran desventajas (Artículos 160, párrafos 2 y 3 de la Ley de Sociedades de Japón). Este derecho permite a otros accionistas solicitar, dentro de un período determinado, que también se les incluya como vendedores si la compañía notifica su intención de adquirir acciones propias de ciertos accionistas. Si se presenta tal solicitud, la compañía debe modificar la propuesta en consecuencia.

Sin embargo, este derecho de solicitud adicional del vendedor no se aplica en ciertas situaciones, como cuando se adquieren acciones con precio de mercado a un valor que no excede dicho precio de mercado (Artículo 161 de la Ley de Sociedades de Japón). Esto se debe a que se considera que el perjuicio para otros accionistas es menor, ya que tienen la oportunidad de vender en el mercado.

La razón por la que la Ley de Sociedades impone un requisito más alto, como la “resolución especial de la junta general de accionistas” para la “adquisición de acciones propias de determinados accionistas”, es para proteger el “principio de igualdad de los accionistas”, que es de gran importancia en la Ley de Sociedades de Japón. Si fuera fácil para una compañía adquirir acciones exclusivamente de ciertos accionistas, podría haber transacciones injustas para otros accionistas, como la compra de acciones a un precio alto de accionistas opositores para fortalecer el control de la administración. Para abordar estas preocupaciones, el Artículo 160 de la Ley de Sociedades exige una resolución especial para la adquisición de ciertos accionistas y establece el sistema de “derecho de solicitud adicional del vendedor”. El objetivo es prevenir el trato preferencial de ciertos accionistas y ofrecer equitativamente a otros accionistas la oportunidad de vender. La disposición que impide que ciertos accionistas ejerzan su derecho a voto (Artículo 160, párrafo 4 de la Ley de Sociedades de Japón) también es una medida importante para garantizar la equidad. Estos estrictos procedimientos no son meramente requisitos formales, sino que reflejan la filosofía de protección al accionista subyacente en la Ley de Sociedades y el compromiso con la transparencia y la justicia en la gobernanza corporativa. Para los inversores extranjeros, es especialmente importante comprender cómo la Ley de Sociedades de Japón valora la equidad entre los accionistas en ciertas transacciones.

Objetivos de la anulación de acciones propias bajo la ley japonesa

La anulación de acciones propias se refiere al acto por el cual una empresa elimina las acciones que posee, reduciendo así el número total de acciones emitidas. La adquisición de acciones propias es un requisito previo para esto.

La anulación de acciones propias se lleva a cabo con los siguientes propósitos:

En primer lugar, la normalización del número total de acciones emitidas y su impacto en el precio de las acciones. La anulación reduce el número total de acciones emitidas, lo que puede aumentar el valor por acción y facilitar la subida del precio de las acciones. Esto se debe al efecto de aumentar la escasez de las acciones al reducir la cantidad de acciones disponibles en el mercado. También tiene el propósito de ajustar un exceso en el número total de acciones emitidas a un nivel adecuado y optimizar la gestión de los accionistas.

En segundo lugar, la mejora del valor para los accionistas y la defensa contra adquisiciones hostiles. La anulación de acciones propias aumenta el beneficio por acción (EPS) y refuerza la devolución de beneficios a los accionistas. Además, al reducir el número de acciones disponibles en el mercado, se eleva la barrera para que los compradores hostiles adquieran acciones, funcionando así como una medida de defensa contra adquisiciones.

En tercer lugar, la concentración del poder de gestión en la sucesión empresarial. Al igual que con la adquisición de acciones propias, en el contexto de la sucesión empresarial, es posible concentrar el poder de gestión al anular las acciones adquiridas de herederos que no son sucesores, mejorando así la proporción de acciones en manos del sucesor.

La adquisición y anulación de acciones propias son actos independientes que, sin embargo, están estrechamente vinculados en la estrategia corporativa. Una vez adquiridas, las acciones propias pueden ser retenidas por la empresa como “acciones en tesorería”, pero si se anulan o no depende de los objetivos específicos de la empresa. Mantenerlas como acciones en tesorería ofrece flexibilidad para su reutilización en futuras fusiones y adquisiciones (M&A) o como compensación en acciones para los empleados. Por otro lado, si se opta por la anulación, esas acciones desaparecen completamente del mercado y nunca volverán a circular. Esto reduce permanentemente el número total de acciones emitidas, asegurando un aumento en el valor por acción y fortaleciendo la defensa contra adquisiciones hostiles. La elección entre “retener” y “anular” se basa en una variedad de decisiones de gestión, incluyendo las necesidades de capital a corto plazo, políticas de retorno a los accionistas, políticas de capital a largo plazo, y estrategias de M&A o planes de sucesión empresarial. Por ejemplo, si hay una alta probabilidad de futuras M&A, se pueden retener como acciones en tesorería, mientras que si se prioriza el apalancamiento del precio de las acciones o la estabilización del poder de gestión, se puede optar por la anulación. Esta coordinación demuestra la profundidad de la flexibilidad estratégica que el sistema de acciones propias ofrece a las empresas.

Requisitos legales y procedimientos para la anulación de acciones propias bajo la ley japonesa

La anulación de acciones propias es un procedimiento más simplificado en comparación con su adquisición.

Anulación por resolución de la junta directiva (Artículo 178 de la Ley de Sociedades de Japón)

Una sociedad anónima puede anular sus acciones propias. En este caso, es necesario determinar el número de acciones propias a anular (en el caso de una empresa que emite acciones de diferentes clases, se debe especificar la clase y el número de acciones propias de cada clase) según el artículo 178, párrafo 1 de la Ley de Sociedades de Japón. En las empresas con junta directiva, la decisión de anular debe tomarse mediante una resolución de la junta directiva, de acuerdo con el artículo 178, párrafo 2 de la Ley de Sociedades de Japón.

Mientras que la “adquisición” de acciones propias requiere una resolución de la junta general de accionistas (y en algunos casos una resolución especial), la “anulación” puede realizarse únicamente con una resolución de la junta directiva debido a la diferente valoración legal de las acciones propias en la Ley de Sociedades de Japón. La adquisición de acciones propias es un acto de reembolso de activos de la empresa a los accionistas, lo que puede tener un impacto directo en los intereses de los acreedores y otros accionistas, como lo demuestra la regulación de las fuentes de financiación. Por esta razón, se requiere la aprobación más estricta de la junta general de accionistas. Por otro lado, la anulación de acciones propias es un acto de extinción de acciones que la empresa ya posee, lo que reduce el número total de acciones emitidas, pero no disminuye el patrimonio neto de la empresa (aunque hay un tratamiento contable, es diferente de una reducción de capital que disminuye el capital social o las reservas de capital). Más bien, a menudo resulta en beneficios para los accionistas existentes, como la mejora del valor por acción. Por lo tanto, la Ley de Sociedades de Japón evalúa esto como un acto que “no perjudica significativamente” a los accionistas existentes y simplifica el procedimiento, dejándolo en manos de la resolución de la junta directiva. Esta simplificación es el resultado de la ley que proporciona flexibilidad para que las empresas puedan implementar políticas de capital de manera más dinámica, respaldando la importancia estratégica de las acciones propias en la gestión empresarial moderna.

Procedimientos de registro después de la anulación

Cuando la anulación de acciones propias resulta en una disminución del número total de acciones emitidas por la empresa, es necesario registrar este hecho. Este registro de cambio debe realizarse dentro de las dos semanas siguientes a la fecha en que surte efecto. En el caso de una empresa que emite certificados de acciones, la fecha en que surte efecto es el día en que se destruyen los certificados de acciones y se borran las entradas y registros del libro de registro de accionistas.

Aspectos prácticos a considerar por inversores extranjeros bajo la ley japonesa

Cuando los inversores extranjeros participan en transacciones relacionadas con la adquisición o cancelación de acciones propias bajo la ley de sociedades de Japón, existen puntos de atención específicos del sistema legal japonés.

Aplicación de la Ley de Cambio de Moneda Extranjera y Comercio Exterior de Japón (Ley de Extranjería)

Cuando un inversor extranjero realiza una inversión directa en una empresa japonesa, dicha inversión puede estar sujeta a la regulación de la Ley de Cambio de Moneda Extranjera y Comercio Exterior de Japón (Ley de Extranjería) si se considera una “inversión directa en el país” . En particular, la inversión en empresas japonesas que operan en “sectores designados” relacionados con la seguridad nacional, como defensa, comunicaciones y energía, o la adquisición de una proporción específica de acciones (por ejemplo, más del 10% de los derechos de voto), requiere una “notificación previa” a ministerios relevantes como el Ministerio de Economía, Comercio e Industria o el Ministerio de Finanzas, y está sujeta a una revisión (normalmente de 30 días) . Si se realiza una inversión sin la notificación previa o se presenta una notificación falsa, existe el riesgo de sanciones, por lo que se requiere una atención cuidadosa . Además, existe un sistema que exime de la notificación previa si se cumplen ciertos criterios, como la no participación en la gestión, pero el cumplimiento de estos criterios está sujeto a monitoreo .  

Impacto fiscal

La adquisición de acciones propias tiene implicaciones fiscales para el accionista vendedor. Cuando una compañía adquiere sus propias acciones y entrega una contraprestación al accionista, parte de esa contraprestación puede ser considerada como un “dividendo ficticio” y, por lo tanto, sujeto a impuestos . Esto se debe a que el dinero o valor entregado se considera como una devolución de la parte del capital y de la parte de los beneficios de las acciones . Especialmente para los accionistas extranjeros no residentes o corporaciones extranjeras, se aplica un impuesto de retención en la fuente del 20.42% como regla general . Sin embargo, si existe un tratado fiscal entre Japón y el país de residencia del accionista, el impuesto de retención en la fuente puede ser eximido o reducido según las disposiciones del tratado . Además, para las compañías públicas estadounidenses que realizan recompras de acciones propias, existe un sistema que impone un impuesto adicional del 1% (excise tax) a ciertas recompras de acciones a partir del 1 de enero de 2023, y este sistema también podría aplicarse a compañías públicas japonesas que posean subsidiarias en los Estados Unidos, por lo que se recomienda la confirmación con expertos en fiscalidad internacional .  

La importancia del apoyo de expertos bajo la ley japonesa

La ley de sociedades de Japón establece procedimientos detallados y estrictos para la adquisición y cancelación de acciones propias. Aunque los procedimientos para que una empresa japonesa adquiera sus propias acciones están claramente definidos por la ley de sociedades de Japón, cuando los inversores extranjeros participan en estas transacciones, se aplican regulaciones que abarcan múltiples áreas legales, como la Ley de Extranjería y la fiscalidad internacional . Por ejemplo, cuando un inversor extranjero adquiere acciones de una empresa japonesa en un sector designado, además del procedimiento de adquisición de acciones propias bajo la ley de sociedades de Japón, surge la obligación de notificación previa según la Ley de Extranjería, lo cual puede afectar el cronograma de la transacción . Además, si la contraprestación por la venta de acciones se considera un “dividendo ficticio”, el tratamiento fiscal puede complicarse dependiendo del país de residencia del accionista y la existencia de tratados fiscales .  

Estos riesgos legales y fiscales complejos pueden llevar a los inversores extranjeros a responsabilidades legales inesperadas, costos adicionales e incluso la cancelación de transacciones. Por lo tanto, para manejar las regulaciones de inversión de la Ley de Extranjería, los sistemas de licencias por sector y los complejos procesos fiscales, es esencial contar con conocimientos especializados en derecho y fiscalidad de Japón.

Resumen

La adquisición y cancelación de acciones propias bajo la Ley de Compañías de Japón son elementos esenciales en la política de capital de las empresas, y constituyen herramientas importantes que respaldan diversas estrategias de gestión como la retribución a los accionistas, la defensa contra adquisiciones hostiles, la sucesión empresarial y las fusiones y adquisiciones (M&A). La transición de la prohibición general bajo el antiguo Código de Comercio a la liberalización general bajo la Ley de Compañías actual de Japón demuestra que el sistema legal ha evolucionado para permitir que las empresas japonesas desarrollen estrategias de capital más flexibles y dinámicas. La adquisición de acciones propias implica procedimientos complejos, como estrictas regulaciones de financiamiento y resoluciones de la asamblea general de accionistas, y en el caso de adquisiciones de accionistas específicos, resoluciones especiales y derechos de reclamación adicionales del vendedor para proteger el principio de igualdad entre accionistas. Por otro lado, la cancelación de acciones propias puede realizarse únicamente con una resolución de la junta directiva, y sus procedimientos son más simplificados.

Cuando los inversores extranjeros participan en estas transacciones, deben prestar especial atención, ya que no solo se aplican las regulaciones de la Ley de Compañías de Japón, sino también las regulaciones de inversión de la Ley de Cambio Extranjero y Comercio Exterior de Japón (Ley de Extranjería), así como complejas implicaciones fiscales. Para superar sin problemas estos desafíos legales y fiscales complejos, es esencial contar con el apoyo de expertos familiarizados con el sistema legal japonés, las prácticas comerciales y la fiscalidad internacional.

Monolith Law Office tiene un amplio historial en asuntos legales relacionados con acciones y ha apoyado a una variedad de empresas e inversores tanto nacionales como internacionales. Nuestro despacho cuenta con abogados que poseen calificaciones legales extranjeras y hablan inglés, lo que nos permite ofrecer servicios legales de alta calidad en ambos idiomas, japonés e inglés, basados en un profundo conocimiento especializado y experiencia práctica en la Ley de Compañías de Japón.

Managing Attorney: Toki Kawase

The Editor in Chief: Managing Attorney: Toki Kawase

An expert in IT-related legal affairs in Japan who established MONOLITH LAW OFFICE and serves as its managing attorney. Formerly an IT engineer, he has been involved in the management of IT companies. Served as legal counsel to more than 100 companies, ranging from top-tier organizations to seed-stage Startups.

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