Explicación de los procedimientos de insolvencia en la ley de sociedades japonesa

La gestión empresarial en Japón a veces enfrenta serias dificultades financieras. El sistema legal japonés ofrece un marco legal sofisticado para responder a tales situaciones críticas, no solo terminando los negocios como un fracaso, sino buscando una resolución ordenada. Este marco se divide en dos direcciones estratégicas principales. Una es el procedimiento de “liquidación”, que tiene como objetivo organizar los activos de la empresa y distribuirlos equitativamente entre los acreedores. La otra es el procedimiento de “rehabilitación”, que asume la continuidad del negocio y busca la recuperación mediante la reestructuración financiera y organizativa. Estos procedimientos legales pueden considerarse como un kit de herramientas estratégicas que deben seleccionarse según la situación de la empresa. Para los accionistas y gerentes, comprender profundamente estas opciones es esencial para proteger el valor de la empresa en situaciones críticas, cumplir con su responsabilidad fiduciaria y tomar decisiones informadas y precisas. En este artículo, analizaremos desde una perspectiva especializada el panorama general de los cuatro principales procedimientos legales bajo la ley de insolvencia japonesa: la bancarrota, la liquidación especial, la rehabilitación civil y la reorganización corporativa, comparando sus características, diferencias y el tratamiento de los derechos de garantía, e incluyendo ejemplos recientes de casos judiciales.
Panorama General de los Procedimientos de Insolvencia en Japón
La ley japonesa establece cuatro tipos principales de procedimientos de insolvencia bajo la supervisión de los tribunales. Estos procedimientos se dividen primero según su objetivo en dos categorías. Una es el procedimiento de “liquidación”, que tiene como objetivo detener las actividades comerciales de la empresa y disolver su personalidad jurídica, e incluye la bancarrota y el procedimiento de liquidación especial. La otra es el procedimiento de “rehabilitación”, que busca la reconstrucción de la empresa mientras continúa con sus operaciones, y esto incluye el procedimiento de rehabilitación civil y el procedimiento de rehabilitación corporativa.
Además, estos procedimientos se pueden clasificar desde el punto de vista de quién lidera el proceso. Uno es el procedimiento de “administración”, donde un experto neutral nombrado por el tribunal (el administrador) toma el control de los derechos de gestión y disposición de los activos de la empresa para llevar a cabo el procedimiento. Los procedimientos de bancarrota y rehabilitación corporativa pertenecen a esta categoría. El otro es el procedimiento de “DIP (Debtor in Possession)”, donde, en principio, la gerencia existente mantiene sus derechos de gestión y lleva a cabo ellos mismos los procedimientos de reconstrucción o liquidación. Los procedimientos de liquidación especial y rehabilitación civil corresponden a esta categoría.
Esta doble clasificación, es decir, la elección entre un objetivo de “liquidación o rehabilitación” y la elección del principal del procedimiento, “administración o DIP”, destaca claramente el dilema estratégico al que se enfrentan las empresas en crisis financiera. La elección del procedimiento no solo implica seleccionar una forma legal, sino que también conlleva un juicio de gestión sobre la viabilidad de la continuidad del negocio y una decisión crítica sobre si mantener o no el control de la gestión. Por ejemplo, si se busca la rehabilitación y la gerencia desea mantener el control, se puede optar por la rehabilitación civil, pero si los acreedores o el tribunal consideran que la gerencia existente es responsable del fracaso de la gestión, se puede elegir la rehabilitación corporativa con un administrador externo. Por lo tanto, la gerencia debe evaluar objetivamente no solo la viabilidad financiera de la empresa, sino también el grado de confianza de los stakeholders.
Procedimientos de Liquidación de Insolvencia: Liquidación de Activos de la Empresa
Los procedimientos de liquidación tienen como objetivo, cuando la continuidad del negocio de una empresa es inviable, convertir sus activos en efectivo y realizar una distribución equitativa a los acreedores, con el fin de concluir legalmente la empresa bajo la ley japonesa.
Procedimientos de Bancarrota bajo la Ley Japonesa
Los procedimientos de bancarrota son el método de liquidación más básico y poderoso, basado en la Ley de Bancarrota de Japón. En el caso de las corporaciones, el proceso comienza con una decisión judicial cuando se reconoce la “insolvencia” (la situación objetiva en la que el deudor carece de la capacidad de pago y no puede pagar de manera general y continua las deudas vencidas) según el artículo 15 de la Ley de Bancarrota de Japón, o el “exceso de deudas” (la situación en la que el deudor no puede pagar sus deudas con sus bienes) según el artículo 16 de la misma ley.
Una vez iniciado el procedimiento, el tribunal designa a un “administrador de la bancarrota” de entre los abogados neutrales. Según el párrafo 12 del artículo 2 de la Ley de Bancarrota de Japón, el administrador de la bancarrota tiene el derecho exclusivo de administrar y disponer de los bienes de la empresa. Esto resulta en la pérdida de todos los derechos de gestión y disposición de bienes por parte de la administración existente, y el administrador de la bancarrota lleva a cabo una serie de tareas de liquidación, como la investigación de los activos de la empresa, su aseguramiento, liquidación y distribución a los acreedores de acuerdo con la prioridad legal.
Una característica distintiva de este procedimiento es que no requiere el consentimiento de los acreedores para iniciarse. Si el tribunal reconoce una situación objetiva de insolvencia, el procedimiento avanza de manera obligatoria. Esto está diseñado para situaciones en las que hay un fuerte conflicto entre los acreedores o se ha perdido la confianza en la administración, permitiendo que un tercero neutral intervenga para restaurar el orden y proteger equitativamente los intereses de todos los acreedores. Al administrador de la bancarrota se le otorga una poderosa autoridad llamada “derecho de impugnación”, que le permite invalidar pagos injustos realizados antes del inicio del procedimiento de bancarrota, asegurando así el principio de igualdad entre los acreedores. Por lo tanto, los procedimientos de bancarrota se consideran la última opción cuando otras soluciones colaborativas son imposibles.
Procedimientos de Liquidación Especial Bajo la Ley Japonesa
Los procedimientos de liquidación especial están regulados por los artículos 510 y siguientes de la Ley de Compañías de Japón y son un método de liquidación simplificado disponible exclusivamente para las sociedades anónimas. Este procedimiento comienza después de que la compañía se disuelve mediante una resolución especial de la junta de accionistas y entra en el proceso de liquidación ordinario, y se inicia cuando hay sospechas de insolvencia o cuando existen obstáculos significativos para llevar a cabo la liquidación.
A diferencia del procedimiento de quiebra, el proceso no está dirigido por un administrador judicial designado por el tribunal, sino por un ‘liquidador’ de la compañía. En muchos casos, el liquidador es un ex director u otro miembro del equipo de gestión, lo que permite que la dirección mantenga cierto nivel de control en un procedimiento de tipo DIP (Debtor in Possession).
El núcleo de este procedimiento radica en la formación de un consenso con los acreedores. Específicamente, se avanza en la liquidación al aprobar un plan de pago conocido como ‘acuerdo’ en la asamblea de acreedores o al establecer un ‘arreglo’ con acreedores individuales. Para la aprobación del acuerdo, se requiere el consentimiento de la mayoría de los votantes presentes y al menos dos tercios del total de los derechos de voto. Como se puede deducir de estos requisitos, la liquidación especial presupone una situación colaborativa en la que ya se ha alcanzado un acuerdo previo sobre el plan de liquidación con los principales acreedores. Si no se obtiene el consentimiento de los acreedores, el procedimiento fracasa y, en muchos casos, se transita hacia un procedimiento de quiebra.
Dada su naturaleza basada en el consenso, la liquidación especial ofrece la ventaja de ser más rápida y menos costosa en comparación con el procedimiento de quiebra. Es especialmente utilizada en casos donde los acreedores son limitados y cooperativos, como en la liquidación de una subsidiaria por parte de su empresa matriz.
Comparación entre la Bancarrota y la Liquidación Especial bajo la Ley Japonesa
La siguiente tabla resume las principales diferencias entre los procedimientos de bancarrota y de liquidación especial en Japón.
Aspecto | Procedimiento de Bancarrota | Procedimiento de Liquidación Especial |
Base Legal | Ley de Bancarrota de Japón | Ley de Sociedades de Japón |
Entidades Aplicables | Todas las personas jurídicas y físicas | Solo sociedades anónimas |
Agente del Procedimiento | Síndico de bancarrota designado por el tribunal (modelo de administración) | Liquidador de la compañía (modelo DIP) |
Consentimiento de los Acreedores | No necesario para iniciar | Necesario para la aprobación del acuerdo |
Duración y Costo | Generalmente largo plazo y costoso | Generalmente corto plazo y menos costoso |
Principales Poderes | Poderosas facultades de rechazo del síndico de bancarrota | Solución flexible basada en el acuerdo con los acreedores |
Procedimientos de Bancarrota de Reestructuración: Apuntando a la Revitalización del Negocio
Los procedimientos de reestructuración están diseñados para empresas que, a pesar de encontrarse en una situación financiera complicada, poseen un negocio con valor inherente y potencial de continuidad, con el objetivo de facilitar su recuperación.
Procedimientos de Reorganización Civil bajo la Ley Japonesa
Los procedimientos de reorganización civil se basan en la Ley de Reorganización Civil de Japón y tienen como objetivo la recuperación de la actividad empresarial o la vida económica del deudor. La mayor ventaja de este procedimiento radica en su flexibilidad, ya que está disponible para todo tipo de empresarios, desde sociedades anónimas hasta sociedades de responsabilidad limitada y empresarios individuales.
En principio, el procedimiento se lleva a cabo bajo el modelo DIP (Debtor in Possession), donde la dirección existente mantiene el control de la gestión y continúa con la operación del negocio, desarrollando y ejecutando un plan de reorganización por sí mismos. El Artículo 38, Párrafo 1 de la Ley de Reorganización Civil de Japón establece que, una vez iniciado el procedimiento de reorganización, el deudor tiene el derecho de continuar con sus operaciones y de administrar y disponer de sus bienes. Los derechos de los accionistas también permanecen inalterados en principio.
Sin embargo, existen restricciones significativas en este procedimiento. Se trata del tratamiento de los derechos de los acreedores con garantía (principalmente instituciones financieras). En los procedimientos de reorganización civil, los acreedores con garantía tienen un “derecho de separación” y, en principio, pueden embargar y vender los activos garantizados (como fábricas o maquinaria) independientemente del procedimiento de reorganización, para recuperar sus créditos. Esto implica el riesgo de perder activos esenciales para la continuidad del negocio.
Por lo tanto, para que los procedimientos de reorganización civil tengan éxito, es esencialmente necesario establecer una relación de cooperación con los principales acreedores con garantía antes de presentar la solicitud, como negociar para que esperen a ejercer sus derechos de garantía. Este procedimiento establece el camino hacia la reconstrucción al obtener la aprobación del plan de reorganización con el consentimiento de la mayoría de los votantes y la mayoría del monto total de los derechos de voto en la asamblea de acreedores.
Procedimientos de Rehabilitación de Empresas bajo la Ley Japonesa
Los procedimientos de rehabilitación de empresas se basan en la Ley de Rehabilitación de Empresas de Japón y representan uno de los procesos de reestructuración más poderosos disponibles . Debido a su potencia, su uso está limitado a las sociedades anónimas y se emplea principalmente en la reestructuración de grandes empresas .
Este proceso es de tipo administrativo y, una vez iniciado, el tribunal designa inmediatamente a un “administrador de rehabilitación”, lo que resulta en la renuncia obligatoria de toda la dirección existente . Todos los derechos de gestión y administración de los bienes de la empresa se concentran en el administrador de rehabilitación.
Una de las características más destacadas de los procedimientos de rehabilitación de empresas es la capacidad de suspender el ejercicio de los derechos de los acreedores garantizados, algo que no se puede limitar en los procedimientos de reorganización civil . Los acreedores garantizados no tienen derecho de separación y sus créditos se tratan como “créditos garantizados de rehabilitación” dentro del procedimiento, sujetos a modificaciones como reducciones y aplazamientos de pago según el plan de rehabilitación . Además, es posible realizar cambios significativos en los derechos de los accionistas, y en muchos casos se lleva a cabo una reducción de capital del 100% (lo que elimina todos los derechos de los accionistas existentes) .
Así, los procedimientos de rehabilitación de empresas en Japón buscan una reestructuración completa de la empresa bajo la dirección de un administrador externo especializado, ajustando radicalmente los derechos de todos los interesados, incluidos los acreedores garantizados y los accionistas. Debido a su complejidad, estos procedimientos son costosos, requieren tiempo y, para la dirección de la empresa, elegir este camino significa sacrificar su propia posición en un esfuerzo por salvar el negocio, lo que representa una decisión significativa y de gran alcance.
Comparación entre la Reorganización Civil y la Rehabilitación de Empresas en Japón
La siguiente tabla resume las principales diferencias entre el procedimiento de Reorganización Civil y el procedimiento de Rehabilitación de Empresas bajo la ley japonesa.
Aspecto | Procedimiento de Reorganización Civil | Procedimiento de Rehabilitación de Empresas |
Base legal | Ley de Reorganización Civil de Japón | Ley de Rehabilitación de Empresas de Japón |
Entidades aplicables | Todas las corporaciones y personas | Solo sociedades anónimas |
Agente del procedimiento | La dirección existente (modelo DIP) | Administrador de rehabilitación nombrado por el tribunal (modelo de administración) |
Tratamiento de los derechos de garantía | Existencia de derechos de separación (ejercicio de derechos fuera del procedimiento) | No hay derechos de separación (tratados como garantías de rehabilitación dentro del procedimiento) |
Derechos de los accionistas | En principio, no se modifican | Modificables (incluyendo la reducción del capital al 100%) |
Escenarios de uso principal | Empresas medianas y pequeñas, cuando se prevé cooperación con los acreedores garantizados | Grandes empresas, cuando se necesita una reconstrucción fundamental |
Tratamiento de los Derechos de Garantía en los Procedimientos de Insolvencia en Japón
En los procedimientos de insolvencia, el tratamiento de los derechos de garantía es un punto de discusión extremadamente importante que puede determinar el éxito o fracaso del proceso.
Derecho de Separación
El derecho de separación permite a los acreedores con derechos de garantía sobre ciertos bienes ejercer esos derechos fuera del proceso de insolvencia y recibir el pago con prioridad sobre otros acreedores. Este derecho se basa en el artículo 65 de la Ley de Quiebras de Japón y el artículo 53 de la Ley de Reorganización Civil de Japón.
La existencia de este derecho tiene un impacto significativo en el procedimiento. Por ejemplo, para una empresa que busca la reorganización civil, si un banco tiene una hipoteca sobre una planta que es esencial para el negocio, y el banco ejerce su derecho de separación para subastar la planta, la continuidad del negocio se vuelve imposible. En otras palabras, incluso si se inicia legalmente el procedimiento de reorganización civil, la reconstrucción es prácticamente imposible sin la cooperación de los acreedores con garantía.
Por lo tanto, la existencia del derecho de separación divide los procedimientos de insolvencia en dos aspectos. Uno es el procedimiento oficial que busca una distribución equitativa entre los acreedores no garantizados bajo la supervisión del tribunal. El otro es la negociación extremadamente importante que se lleva a cabo bajo la superficie con los acreedores con garantía. Para la dirección que elige la reorganización civil, asegurar un “acuerdo de standstill” (un acuerdo para suspender temporalmente el ejercicio de los derechos de garantía) con las principales instituciones financieras antes de presentar la solicitud es una condición previa absoluta para el éxito.
Derecho de Garantía de Rehabilitación
En el procedimiento de rehabilitación de la empresa, no se reconoce el derecho de separación. Una vez iniciado el procedimiento, la ejecución de todos los derechos de garantía se prohíbe automáticamente. Los derechos de los acreedores con garantía se transforman en una posición conocida como “derecho de garantía de rehabilitación” y se convierten en objeto de modificación de derechos dentro del plan de rehabilitación. La base legal para esto se encuentra en la Ley de Rehabilitación de Empresas de Japón, donde, por ejemplo, el párrafo 10 del artículo 2 define el derecho de garantía de rehabilitación y el artículo 47 prohíbe el ejercicio de los derechos.
Este mecanismo es lo que otorga al procedimiento de rehabilitación de la empresa una poderosa capacidad de reconstrucción. Al suspender temporalmente el ejercicio de los derechos de los acreedores individuales y reunir a todos los interesados (acreedores con garantía, acreedores no garantizados, accionistas) en una misma mesa, el administrador de la rehabilitación puede elaborar un plan integral para rediseñar la estructura de capital de toda la empresa. La idea subyacente es priorizar el interés público de la rehabilitación de la empresa en su conjunto sobre los derechos individuales. Esta fuerte intervención en los derechos de propiedad privada es permitida precisamente porque existen estrictos requisitos de procedimiento, como la selección de un administrador imparcial y la rigurosa supervisión del tribunal, para prevenir su abuso.
Comparación del Tratamiento de los Derechos de Garantía en Cada Procedimiento
Procedimiento | Tratamiento de los Derechos de Garantía | Base Legal | Impacto en la Empresa y Acreedores |
Procedimiento de Quiebra | Derecho de Separación | Artículo 65 de la Ley de Quiebras de Japón | Los acreedores pueden vender los bienes garantizados. La empresa corre el riesgo de perder activos importantes. |
Procedimiento de Liquidación Especial | Derecho de Separación | Ley de Sociedades de Japón (Principios Generales) | Los acreedores pueden vender los bienes garantizados. El procedimiento depende de la cooperación de los acreedores. |
Procedimiento de Reorganización Civil | Derecho de Separación | Artículo 53 de la Ley de Reorganización Civil de Japón | Los acreedores pueden vender los bienes garantizados. La negociación previa con los acreedores con garantía es esencial. |
Procedimiento de Rehabilitación de la Empresa | Derecho de Garantía de Rehabilitación (Sin Derecho de Separación) | Artículo 47 y otros de la Ley de Rehabilitación de Empresas de Japón | Se suspende el ejercicio de los derechos de los acreedores. Los derechos se modifican en el plan. La empresa gana tiempo para continuar con el negocio. |
Introducción a los recientes casos judiciales en Japón
En la práctica de la insolvencia en Japón, siempre surgen nuevos desafíos en torno a la interpretación de las disposiciones legales. Aquí presentamos algunas decisiones importantes del Tribunal Supremo de Japón en tiempos recientes.
La decisión del Tribunal Supremo de Japón del 22 de diciembre de 2021 (Reiwa 3) ilustra la interpretación del artículo 174, párrafo 2, ítem 3 de la Ley de Reorganización Civil de Japón. Este artículo establece que si la resolución de un plan de reorganización se establece mediante “métodos deshonestos”, el tribunal no debe aprobar el plan.
El caso en cuestión involucra al administrador de una empresa en procedimientos de reorganización civil que había celebrado un acuerdo de conciliación para resolver una disputa sobre la existencia de una deuda con un acreedor principal que tenía una gran cantidad de créditos. Este acuerdo de conciliación incluía una cláusula que estipulaba que dicho acreedor ejercería su derecho de voto a favor del plan de reorganización. Otros acreedores argumentaron que esto equivalía a la llamada “compra de votos” y constituía un “método deshonesto”, solicitando así que el plan no fuera aprobado.
Ante esto, el Tribunal Supremo de Japón determinó que un acuerdo de conciliación que incluye la aprobación de un plan de reorganización no constituye inmediatamente un “método deshonesto”. El tribunal sostuvo que se debe considerar de manera integral la intención y las circunstancias en las que se celebró el acuerdo de conciliación, y si el contenido de la conciliación es en general razonable para el deudor en reorganización (la empresa). En este caso, la conciliación resolvió una disputa compleja y contenía términos razonables que contribuían a la reestructuración de la empresa, por lo que no se consideró que se hubiera celebrado únicamente con el propósito de influir en el ejercicio del derecho de voto, y no se consideró un “método deshonesto”.
Este caso es importante ya que refleja la realidad de las negociaciones en los procedimientos de insolvencia y cómo la justicia las ha ratificado. Para los administradores y la dirección de una empresa es esencial negociar la resolución de disputas con acreedores individuales para formar la mayoría necesaria para la aprobación del plan de reorganización. Esta decisión indica que tales negociaciones no deben prohibirse simplemente porque incluyan la aprobación del plan como condición, sino que deben juzgarse según criterios sustanciales, como si el contenido del acuerdo no perjudica injustamente los intereses de otros acreedores y si tiene una racionalidad comercial para la empresa en su conjunto. Esto permite a los profesionales negociar con mayor flexibilidad, pero al mismo tiempo, les impone la responsabilidad de construir acuerdos que sean explicables y justos para todos los acreedores.
Resumen
El sistema de insolvencia japonés ofrece a las empresas en crisis financiera dos direcciones básicas: “liquidación” y “rehabilitación”, cada una con múltiples procedimientos disponibles. La bancarrota y la liquidación especial son procedimientos de liquidación que organizan y concluyen los activos de una compañía, mientras que la rehabilitación civil y la rehabilitación corporativa buscan la continuidad y la recuperación del negocio. Estas opciones están estrechamente vinculadas a decisiones fundamentales de gestión, como si mantener el control de la empresa (procedimientos DIP) o confiar en expertos externos (procedimientos de administración). En particular, el manejo de los derechos de garantía (la existencia de derechos de separación) es un factor crítico que afecta significativamente el valor estratégico de cada procedimiento. Para navegar este complejo marco legal y encontrar el mejor camino, se requiere no solo un profundo conocimiento de la ley, sino también un pensamiento estratégico avanzado y habilidades de negociación.
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